lunes, 14 de enero de 2008

Es posible que sea así?

A medida que nos identificamos con la mente (ego), la mayoría de nuestras relaciones son producto de lo que ésta elije. Nos unimos (amigos, novios, esposos, etc) a quienes pensamos nos darán lo que deseamos, dije pensar y no sentir, ésta es la diferencia.
Pensamos que no hay error posible mientras nos gobierna la mente (ego) ya que la mente es egoísta y está “enriquecida” con todas las estructuras sociales, políticas y económicas que fueron incorporadas o inducidas a lo largo de nuestra vida. Esto es “el mundo” nos condiciona.
Cuando uno se aproxima al ser, el corazón manda y el ego obedece, todas estas estructuras se desvanecen y pierden peso.
Si permitimos que el ego guie nuestra vida, seremos incapaces de establecer una relación intima o repetiremos el drama de relaciones pasadas saltando de relación en relación trazando un ciclo de placer y dolor buscando nuestra realización sin saber donde buscarla.
Otros, por el bien de los hijos o por costumbre o por miedo a quedarse solos, etc, continúan juntos en una relación no funcional “soportándose” y, a veces, llevando vidas paralelas de mutuo “acuerdo”.
Cada crisis es en si una oportunidad. Una oportunidad que hay que aceptar en vez de escapar de ella. Si aceptamos la crisis, será el punto de partida para comenzar a preguntarnos ¿Qué pasa o que nos pasa? y sea el punto de partida de la solución.
Negando, escapando o deseando que las cosas sean diferentes hará que la oportunidad no sea aprovechada y uno seguirá atrapado en esa situación y continuará igual o empeorará.
Reconocer y aceptar los hechos nos da cierto grado de libertad y alivio emocional. Por ejemplo, si uno reconoce la falta de armonía es posible que, intuitivamente, busque la forma de generar un espacio de tranquilidad que pueda facilitar la generación de parte de la armonía que nos falta.
Para encontrar la armonía perdida hay que conseguir una transformación interior y esto es algo que es imposible hacer mágicamente.
No es posible transformarse a si mismo y mucho menos al otro.
Lo que sí se puede hacer es generar un espacio para que el cambio suceda.
Si una relación te “enloquece” significa que algo inconveniente está saliendo a la luz y es la oportunidad para resolverlo.
Si hay celos, impulso de discutir, necesidad de tener la razón, frialdad interior que pide amor y atención, lo que sea hay que saber reconocerlo y estar atento.
Hay que ser comprensivo y no reaccionar, la inconsciencia y el conocimiento no pueden coexistir mucho tiempo.
La hostilidad y el ataque encuentran al amor absolutamente intolerable y busca eliminarlo.
Si uno reacciona frente a su pareja es tan “inconsciente” como ella, en cambio si uno de los dos reconoce esto entonces, nada está perdido.

No hay comentarios: