lunes, 31 de diciembre de 2012

2012... 2013... Que quiero? Que espero?

Hace unos días esta reflexionando en mi casa y veía que la gran mayoría de las personas se quejaban del año que se iba y esperaban casi desesperados que el nuevo año comience.

Parecía que el 1° de enero con el año nuevo todo iba a cambiar a nuestro favor.

Está muy bien pensar así, pensar en algo que podemos medir o señalar para que sea un momento "bisagra" en el que a partir de allí el cambio sea posible.

Y el cambio será posible pero no por arte de magia, sino por arte de tu empeño en que el cambio se produzca. ¿Cómo pretender que algo cambie si no hacemos nada para que cambie?

Generalmente somos algo olvidadizos y con el avance del año nos olvidamos muchos de nuestros anhelos y los dejamos allí, olvidados en el tiempo como cosas no posibles de realizar y vamos andando el año... hasta que llegamos al fin del año iguales, o casi iguales al año anterior... quejosos y esperanzados.

El problema principal es que somos como un burro detrás de la zanahoria que nosotros mismos ponemos delante nuestro para continuar andando pese al día a día que no cambia... ¡que no cambiamos!

Es por esto que se me ocurrió una IDEA PARA ESTE FIN DE AÑO que, tal vez .. ayude a ver que pasa con cada uno de nosotros en la búsqueda de nuestros sueños.

La idea es: 


Comprar un cuaderno de 50 ó 100 hojas... En la primer página escribir todo lo que se espera para el año que inicia... en el orden que aparezcan en la cabeza...

Uno por renglón... Numerarlos...

Luego comenzar a vivir el 2013... De vez en cuando revisar los deseos y escribir en una hoja del cuaderno que hicimos por ese deseo, o si se cumplió y de que manera.


Fue fortuito o trabajamos por su realización... fue con empeño o como "sin quererlo".

También podremos ver algunas características de cada deseo... eran alcanzables? eran algo "locos"? eran compartidos?... en fin... desmenuzarlos y fijarnos bien que deseamos y que hacemos por eso.
Al final del año podremos ver si esperamos que se cumplan esos deseos o si trabajamos por que se cumplan... desde allí podremos crear una nueva posibilidad para nuestra vida... Si 
estamos conformes con lo que somos... continuemos así... sino... CAMBIEMOS!!!

Dejemos de esperar que las cosas vengan a nosotros y vayamos por ellas!!!

sábado, 15 de diciembre de 2012

Padres, nosotros, hijos... y la inseguridad que marca la vida


Hoy recordaba mi infancia... mis deseos... mis fantasías.
Recordaba la pregunta... ¿Que vas a ser cuando seas grande?
Y la respuesta no tardaba en llegar... Ingeniero.

Pero...¿Porqué esa respuesta si a los 8 años ni idea que era ser Ingeniero?

Por aquellos días a donde vivía todos los meses desde el cielo venía "el ingeniero"... llegaba en su avión a donde trabajaba mi papá... y era "lo máximo"... y yo quería lo máximo.

Además, intuyo que, eso era alentado por mis padres ya que eso a ellos les daba cierta "seguridad" respecto a mi futuro.

Y de eso se trata muchas veces, nosotros como buenos padres hacemos cosas que lleven a resultados que den "seguridad" al futuro de nuestros hijos sin pensar necesariamente cuales son sus verdaderos deseos.

Los niños, en su afán de sentirse escuchados, queridos, apoyados por los padres hacen y dicen cosas para conseguir favores y responder el ¿que serás...? les da cierto manejo de la situación.

A principios del siglo pasado eran los padres que imponían una profesión a los hijos... o les enseñaban su oficio... o preparaban a las niñas a ser esposas y madres... y eso era porque era conocido por ellos y lo conocido genera seguridad que en aquella época era el bien más buscado.

Hoy por hoy las cosas han cambiado bastante y, aunque la seguridad es un bien muy valorado, en la escala de la valoración está la felicidad.

El deseo de alcanzar la felicidad se ha visto fortalecido por el fracaso general de la búsqueda de la seguridad para gran parte de las personas.

La búsqueda de la felicidad hace que la busquemos nosotros, quienes en algunos casos estamos algo obnubilados por la rotura de las reglas durante los últimos años y por el cataclismo de la vida como la conocíamos hasta nuestra post adolescencia.

Ya alcanzados los 40 ó los 50... buscamos nuestra felicidad y alentamos a nuestros hijos a hacer lo mismo porque sentimos es el camino que podrá abrirle puertas desde temprano.

Y nosotros ¿cómo es que buscamos la felicidad?

La buscamos a los "ponchazos"... prueba y error constante... generalmente a destiempo de nuestra pareja ocasional (casados o no)... quien también está en su búsqueda y en algunas ocasiones el camino se bifurca y no siempre los dos seguimos por el mismo sendero.

Y aquí es que comenzamos otra búsqueda... con otros ojos... con el corazón ansioso por encontrar eso que tanto anhelamos...

Y otra vez, como en la adolescencia... prueba y error... enamoramientos... deslumbramientos... trasnochadas... idas y vueltas.

Y Esa mujer que, como vos, también llegó hasta allí en un camino sinuoso, empedrado... resbaladizo. Llena de miedos, de dudas... de convicciones... llega, aparece como mágica... que nos roba el sueño y nos deja uno nuevo... que nos quita el aliento y nos eleva por sobre el común de los mortales.

Y se produce el encuentro, entre luces y sombras... buscando un telescopio cerca del planetario para ver la luna.

Y como los encuentros también son desencuentros... también llegan... porque nuestras culturas son diferentes y sólidas... con verdades y no verdades... apuntaladas por toda una vida y que sostienen nuestra esencia.

Y abrazos... besos, palabras... susurros, bajitas y no tan bajitas... ¿que me decís si somos como el norte y el sur... y disputas... y reconciliaciones... je je... reconciliaciones... Claro, el amor es más fuerte.

Y buscamos seguridad, apoyo... condimentado con la experiencia y el corazón abierto, y los sueños postergados que aparecen y se hacen fuertes delante de nuestros ojos.

Sueños que vienen y van... que se mezclan con los sueños que tenemos por los hijos... que buscamos su seguridad y hacemos todo (y más)... o cambiamos la "apuesta" y dejamos que ellos hagan... aunque nos duela verlos que se caen.

Y de a poco nos transformamos en "redes de contención" para sostener su aprendizaje... alentando a que prueben... que experimenten... que crezcan... y nos quedamos a un costadito... como mirando por el "ojo de la cerradura" de sus vidas que están construyendo con aciertos y errores.

Y lanzamos desafíos... aprendemos a desafiarles a vencer su error... a probar de nuevo. Aprendemos a alimentar las ganas de buscar, de hacer, las ganas de preguntar, de mirar el mundo que tienen delante esperando por ellos para que lo tomen.

Y a veces esos desafíos nos los guardamos porque nos llenamos de miedo... se apodera de nosotros el sentimiento que ellos aún son muy chicos... que les falta crecer... que... mil excusas... Si la pensamos bien si esperamos que crezcan... habrán crecido sin experiencia... y habrán crecido la mitad.

¿Cuál es la receta? ¿que hacer?... ¿Cómo hacemos para no intervenir? o dicho de otra manera... ¿Cómo hacemos para intervenir lo "justo"?... 

No hay receta, simplemente... tenemos que aprender a confiar que lo que hemos hecho hasta ahora está bien y que ellos pueden ir "despegando" para tener sus vidas... y nosotros las nuestras.

Ni los hijos vivirán nuestras vidas ni nosotros las de ellos... simplemente nos acompañaremos.

Y la felicidad puede ser justamente esa... ver crecer y ver vivir a cada uno SU vida... acompañándonos desde el lugar que le hemos ganado a la vida.

Al principio como actores de nuestra vida... ahora como espectadores de lujo de la vida de quienes nos suceden y, algunas veces, hasta con la posibilidad de dar ciertos "consejos" cuando son pedidos.

Esta bueno ser papá (o mamá)... uno se llena de adrenalina por los desafíos constantes del mundo y de nuestros hijos... y somos mejores papás cuando dejamos de ser hijos... y dejamos de pelear con nuestros padres por el lugar que queremos... ¡¡¡si ya es nuestro!!!

Así que Papá... Mamá... Se recibieron de Padres y su título es "Abuelos" ¡y menuda tarea les toca! Yo ingresé a la escuela de Padres... para intentar hacer lo que diga mi corazón... Se que cada uno estará allí, cuando haga falta... Se que allí estarán... y hasta mordiéndose la lengua para no decir algo no pedido... y hasta diciendo cosas no pedidas...

Y lo entiendo, ya que aunque cuando alguien se recibe de Abuelo... no deja de ser padre... y aunque uno sea padre tampoco deja de ser hijo... y desde ese lugar será que podamos comprender un poco... la rebeldía de nuestros propios hijos... frente a nuestra figura, que representa el puerto del que ellos quieren zarpar.

Y hablando de zarpar... Los barcos están seguros amarrados al muelle, pero sólo pueden desplegar sus velas y alcanzar el propósito para el que fueron construidos en alta mar.

Y los hijos son como los barcos... y nosotros somos sus muelles. Vendrán a nosotros luego de cada travesía y nosotros estaremos allí, sólidos y firmes para darles "amarras" luego de cada viaje.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Tristeza, amargura o resentimiento


¿Alguien puede decir que no los ha sentido en algún momento de su vida?
Es muy difícil escapar a estos sentimientos, de hecho, es normal sentirlos de vez en cuando, es nuestra naturaleza humana.
Llorar es muy sano cuando se trata de algo eventual, con el llanto nos ayudamos a la liberación.
Pero ¿Qué nos pasa cuando estas emociones se alojan en nuestro corazón permanentemente?, cuando estos se hacen representantes de nuestra propia personalidad.
Los males del “corazón” son muy comunes, las peleas familiares, la frustración, la represión, el fracaso y lo que podríamos denominar "el cansancio de vida" se adueña de nosotros cuando vemos que a pesar de nuestro esfuerzo, las cosas "nunca funcionan", "todo sale mal" y pensamos que "la vida ha sido muy injusta con nosotros".
Con estos ingredientes es que el resentimiento, la autocompasión y la tristeza pueden quedar arraigados en nuestro corazón definitivamente.
Esta actitud hace que a todo lo veamos a través de un "cristal opacado", es decir, nuestra perspectiva de vida se torna negativa, dejamos de percibir a la belleza de la vida, los buenos momentos son indiferentes ante nosotros, dejamos ir oportunidades y empezamos a crear una falsa realidad al creer que "nadie nos quiere" o que "todos quieren hacernos daño", nuestra visión actúa y distorsiona todo desde nuestro cristal opacado.
Permanecer por mucho tiempo en esta actitud, además de prolongar nuestro sufrimiento, trae como consecuencia enfermedades derivadas de "un corazón triste":
  • Enfermedades respiratorias (gripes, asma, tos, sinusitis, etc).
  • Enfermedades del corazón (Angina de pecho, infarto, etc.)
  • Enfermedades del sistema circulatorio (mala circulación, varices, colesterol, etc.)

Ningún medicamento, dieta o ejercicio pueden evitar o curar dichas enfermedades si no nos conectamos con la alegría de vivir, con el amor a la vida. La alegría es la única medicina para un corazón que revive constantemente en su presente las heridas del pasado.
Sin la alegría, nuestra vida se detiene, nuestros pasos se hacen lentos y ya no queremos saber nada, nos deprimimos y sentimos un constante dolor de piernas, nos pesan tanto como para poder dar un paso más.
Sufrimos también por causa de nuestra soledad por tener nuestro corazón cerrado al amor, no sabemos darlo, mucho menos recibirlo, al mismo tiempo nos duelen los hombros y la espalda.
Seguimos sufriendo, porque las pastillas no son suficientes para un corazón que frena el amor, que lo tiene por esencia, pero no lo deja salir… se ahoga, se asfixia…hasta morir.

Ahora que sabemos todo esto… ¿estamos seguros que deseamos permitir seguir así?

O talvez hagamos algo para “salir del pozo”… ¿Qué puede ser peor que saber que ni siquiera lo intentamos?... Sólo es cuestión de sacar energía de donde creemos que no la hay y buscar un buen soporte donde apoyarnos… después todo será más fácil.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Si no estamos de acuerdo con nosotros mismos


¿Cuál es tu objetivo? ¿Tu hablar interno concuerda con él? Debe concordar si quieres realizarlo.
¿Pueden dos caminar juntos excepto que estén de acuerdo?

Por supuesto la respuesta es: “No, no pueden.” Los dos que deben estar de acuerdo, lo que tú deseas ver y oír fuera, debes verlo y oírlo dentro. Cada etapa de nuestro progreso está hecha por el ejercicio consciente de su imaginación haciendo coincidir su habla interna con su deseo cumplido. 
Cuando controlamos “que nos decimos” y lo hacemos coincidir con nuestros deseos cumplidos, podemos dejar de lado todos los demás procesos. Entonces simplemente actuamos con una clara imaginación e intención: imaginamos el deseo cumplido y mantenemos nuestros pensamientos desde esa premisa. El habla interna correcta es el habla que impulsa a realizar tu ideal. En otras palabras, es el habla del deseo cumplido.

Las condiciones y circunstancias de nuestra vida no son creadas por algo externo a nosotros; son las condiciones que resultan del ejercicio de nuestra libertad de elección; de nuestra libertad para elegir las ideas a las cuales responderemos.

Ahora es el momento adecuado. Este es el día. Todo lo que sea de buena relación, pensemos en eso. Nuestro futuro será formado por lo que hablemos internamente. Nosotros creamos nuestro futuro.

Hay un dicho que dice “lo que bien comienza, bien acaba” y es así porque los finales corresponden a los orígenes. Si queremos cosechar éxito, debemos plantar éxito.
La idea en la mente, que inicia que todo el proceso marche, es la idea que se acepta como verdad.
Este es un punto importante a captar, la verdad depende de la intensidad de la imaginación, no de los “hechos”.

Para experimentar éxito, debemos asumir que somos exitosos. Debemos vivir completamente en el nivel de la imaginación misma, y esto se debe emprender consciente y deliberadamente. No importa si en el momento presente los hechos externos niegan la verdad del objetivo; si se persiste en el objetivo, se convertirá en un hecho. Las señales siguen, no preceden.

Asumir un nuevo concepto de nosotros mismos es definir la persona que deseas ser y luego asumir la sensación de tu deseo cumplido, con la confianza de que eso encontrará expresión a través de ti.

Imagina como es que quieres ser y permanece fiel a esa concepción. Inténtalo y mira si la vida no se forma sobre el modelo de tu imaginación.

El pensamiento negativo, particularmente el pensamiento malévolo y envidioso, es el caldo de cultivo de los futuros campos de batalla en nuestro mundo. Es muy común la costumbre de “pensar en negativo”. A través de ello se justifica el fracaso, se critica a los vecinos, se disfruta en el malestar de los demás y en general vierte su veneno sobre todo. Todo esto no hace más que generar violencia en el mundo.

Para que cambiemos la manera de “pensar” requiere que meditemos sobre una frase X, una frase que implique que nuestro ideal se ha realizado, y afirmarlo interiormente una y otra y otra vez hasta que estemos interiormente afectados por su implicación; hasta que estemos poseídos por ella. Será allí que nos aferremos a nuestras convicciones nobles. Nadie podrá quitarlas sino nosotros mismo y Nadie podrá impedir que se conviertan en hechos objetivos. Todas las cosas son generadas a partir de nuestra imaginación, que es tu propia conversación interna

El gran secreto del éxito es una conversación interna controlada desde la idea del deseo cumplido.
El tiempo está maduro para que muchos de nosotros comencemos a usar nuestra imaginación consciente y voluntariamente, oír interiormente y decir sólo lo que esté en armonía con nuestro ideal, es traer activamente lo bueno a nosotros.

Usar la imaginación para transformar energía desde el nivel emocional mental al nivel físico, extiende los sentidos – se puede ver lo que se quiere ver y escuchar lo que se quiere escuchar…  y hasta tocar lo que quieres tocar.

Hazte intensamente consciente de hacer eso. Da a tu estado imaginario todos los matices y sensaciones de la realidad. Sigue haciéndolo hasta que despiertes dentro de ti el estado de ánimo del cumplimiento y la sensación de alivio.

Este es el uso voluntario activo de la imaginación, a diferencia de la aceptación involuntaria pasiva de las apariencias.

Llamamos imaginación a la “facultad de soñar”, pero realmente es la puerta misma de la realidad. La imaginación es el camino al estado deseado, es la verdad del estado deseado y la vida de ese estado deseado. Si nos damos cuenta de esto totalmente, habremos aprendido que lo que hacemos en la imaginación es lo único importante.

Dentro del círculo de nuestra imaginación el drama entero de la vida está siendo representado una y otra vez. A través del uso audaz y activo de la imaginación podemos estirar nuestra mano y tocar a un amigo a diez mil millas de distancia. Es el camino para todo en el mundo. ¿De qué otro modo podríamos funcionar más allá de las limitaciones del cuerpo?

Imaginemos que otra parte es aquí, y que luego es ahora. Inténtemoslo. Siempre podremos decir si hemos conseguido hacer del sueño futuro un hecho presente observando el hablar interno. Si estámos interiormente diciendo lo que audiblemente diremos si estuviéramos físicamente presente y físicamente moviéndonos por ahí en ese lugar, entonces lo hemos conseguido.

Desde allí podremos intuir, desde esas conversaciones internas y desde los estados de ánimo que ellas despiertan dentro de nosotros, cuál será el futuro.
Todo lo que encontramos es nuestro pensamiento hecha visible. Y lo que ahora no comprendemos, está relacionado por afinidad con las fuerzas no reconocidas de nuestras propias conversaciones internas y los estados de ánimo que ellas despiertan dentro de nosotros.

Si no nos gusta lo que nos está sucediendo, es una señal segura de que necesitamos un cambio en nuestra manera de pensar.
Una mente que vive de las Palabras o hablar interno, deberíamos alimentar a nuestra mente sólo de nobles pensamientos amorosos. Pues con las Palabras o hablar interno construimos nuestro mundo.

Dirigir nuestros pensamientos hacia todo lo que es noble y de buena relación traerá hechos que nos hagan sentir mejor, y mejorará como nos relacionamos con otros estén ellos sintonizados o no con la misma manera de pensar.

Hablemos bien con nosotros mismos


Hablar con uno mismo es un hábito en el que todo el mundo se consiente. Todo el tiempo hablamos con nosotros mismos tanto como comer y beber. El tema es “que hablamos y como”. Todo lo que podemos hacer es controlar la naturaleza y la dirección de nuestras conversaciones internas. La mayoría de nosotros somos totalmente inconscientes del hecho de que nuestras conversaciones internas son la causa de las circunstancias de nuestra vida.

Se nos ha dicho que “Como pensamos en nuestro corazón, así somos”.

¿Sabemos que nuestros pensamientos siguen los rastros dejados por las propias conversaciones internas?
Para hacer que los rastros a los cuales está atado vayan en la dirección en que queremos ir, debemos separar las conversaciones internas. El habla es la imagen de la mente; por lo tanto, para cambiar la mente, primero debemos cambiar el habla.
Por “habla” se entiende las conversaciones mentales que mantenemos con nosotros mismos.

Somos capaces de infinitas transformaciones mentales posibles, porque hay un número infinito de conversaciones mentales posibles. Cuando descubramos el poder creativo del hablar interno, realizaremos nuestra función y misión en la vida. Entonces se podrá actuar hacia una meta, hacia un propósito. Sin éste conocimiento, actuaremos inconscientemente.
Todo es una manifestación de las conversaciones mentales que transcurren en nosotros sin ser conscientes de ellas. Pero como seres pensantes, debemos volvernos conscientes de ellas y actuar con un propósito.

Nuestras conversaciones mentales atraen nuestra vida. En tanto no haya cambio en su hablar interno, la historia personal seguirá siendo la misma. Pretender cambiar nuestro mundo antes de cambiar nuestro hablar interno es luchar contra la naturaleza misma de las cosas. Podremos dar vueltas y vueltas en el mismo círculo de decepciones y desgracias, no viéndolas como causadas por su propio hablar interno negativo, sino causadas por los demás. La culpa de lo que me pasa es de…. O porque XX hizo tal cosa en contra mío… Sólo excusas para no ver el verdadero problema.

Esto parecerá algo loco, pero es una cuestión que debemos preguntarnos, revisar y experimentar.

Cuando uno permanentemente vive quejándose internamente (o hasta diciéndolo a otros) respecto de algo que influye en nuestra vida no hará más que aumentar su efecto negativo.
Si uno puede reemplazar eso por un pensamiento más favorable sucederá que eso que nos mortifica, que nos agrede, que no nos gusta, comenzará a ser menos agresivo y podremos tomarlo desde un lugar netamente amigable y atacar los aspectos negativos con muchas posibilidades de salir favorecidos.

Esto se consigue reemplazando los pensamientos negativos por los positivos y el resultado será pasar de una vida “desdichada” a una vida más satisfecha y con hambre y sentimiento de que podremos más de lo que queremos.

Por ejemplo: Dos personas A y B. A no saluda a B. Entonces B piensa “¿Qué le pasa a A que no me saluda?, y responde de la misma manera; “B no saluda a A.
Resultado A y B más lejos.

Pensemos por un momento porque A no saludo a B.
1.- A no soporta a B.
2.- A estaba absorto en sus pensamientos pero no lo vió (aunque sus ojos lo miraban)
3.- B alguna vez hizo algo a A que le lastimó, aún sin saberlo y A aún lo recuerda.

Si A decide no saludar a B, lo único que hace es continuar el conflicto si lo había o generar un pensamiento negativo de A hacia B nuevo.
Si A decide saludar a B, puede pasar que A no lo responda y quede como descortés o que lo responda y se genere un diálogo.

El saludo acerca a las personas y no hacerlo puede alejarlas. Está en nosotros que hacer con eso. Si uno saluda y no nos devuelven el saludo está en nosotros que hacer con eso... un drama o "me vale nada" y seguir con nuestra vida desde un lugar un poco más "alto", será del otro el permanecer en el barro o salir de él. 
Para satisfacción nuestra iremos descubriendo que su propia actitud es la causa de todo lo que nos pasa. El comportamiento de aquellos que pensamos nos agreden se invierte.
Debemos empezar a tomar la vida conscientemente, pues la solución de todos los problemas está justamente en esto.

Con una vida consiente podemos escribir nuestro presente cada día. Nuestras conversaciones internas representan de diferentes modos el mundo en el que vivimos. Nuestros mundos individuales son autorrevelaciones (darse cuenta de…) de nuestra propia habla interna.
Muchas veces he escuchado que “Como hablas, eres”…

Nos abandonamos al hablar interno negativo, sin embargo esperamos conservar el mando de la vida. Nuestras conversaciones mentales presentes no retroceden en el pasado como creemos. Avanzan en el futuro para presentársenos como palabras gastadas o invertidas.

“Mi Palabra no regresará a mí vacía, sino que cumplirá lo que dice y generará todas las cosas para las que la envié.”

“Ahora es el momento adecuado para comenzar, no mañana ni pasado, ni a fin de mes.”

Si queremos aprender a controlar una parte de nuestra vida y saber donde estamos parados HOY siempre es el mejor momento para comenzar, lo demás son sólo postergar lo que nos favorece.
No es necesario gritarlo a los 4 vientos, sólo con un esfuerzo interno de intensa atención es más que suficiente. Escuchar atentamente, como si oyeras, es crear. Los acontecimientos y relaciones de nuestra vida son nuestras Palabras hechas visibles.

La mayoría de nosotros robamos a los demás su voluntad y su capacidad de ser amables y generosos por nuestras actitudes fijas hacia ellos. Nuestras actitudes se despliegan dentro de nosotros en forma de conversaciones mentales. El hablar interno desde premisas de deseo cumplido es el modo de crear conscientemente las circunstancias.

Nuestras conversaciones internas son constantemente plasmadas a nuestro alrededor en acontecimientos. Por lo tanto, lo que deseamos ver y oír fuera, debemos verlo y oírlo dentro, porque el mundo entero se manifestará mostrándonos qué uso hemos hecho de la Palabra.

Practicar el hablar interno controlado nos hará capaces de utilizar conscientemente la imaginación para transformar y canalizar las inmensas energías creativas que tenemos del habla interna desde el nivel mental emocional al nivel físico, Y no sé qué límites, si hay alguno, hay para tal proceso.

martes, 6 de noviembre de 2012

La diferencia entre hablar y comunicarse


Con la mayoría de las personas hablamos pero no siempre conseguimos comunicarnos.

¿Por qué pasa esto?

La mayoría de las veces es que creemos que el otro tiene la obligación de entender lo que decimos, otras veces pensamos más lento de lo que hablamos y no conseguimos trasmitir el mensaje y otras, y en muchas ocasiones, porque no elegimos el lugar correcto para el diálogo.

En el primer caso siempre suponemos que le pasa al otro y este es el primer error. Primero por suponer, segundo porque lo analizamos con nuestra historia y conocemos poco de la historia del otro y lo que menos sabemos es como la siente.

En segundo término, nuestra lengua veloz hace que muchas veces digamos cosas sin pensar y lastimamos al otro en lugar de ayudarlo.

Otro de los motivos de la no comunicación es hablar en un lugar no adecuado, no adecuado por las circunstancias per sé.

Un lugar muy concurrido no es adecuado para hablar cosas profundas y/o personales, un lugar no adecuado es mientras alguno de los dos se encuentra conduciendo o realizando tareas que le ocupa gran parte de su atención.

Pero el error más frecuente que suele suceder es el desconocimiento de las circunstancias de vida del otro, como es que fue su crecimiento que lo condiciona a determinadas conductas en su presente ocasionadas por diferentes acontecimientos en su pasado se en su niñez, o en la adolescencia o en la adultez misma.

La única manera de conseguir transformar el hablar en comunicar es una combinación bastante compleja de ingredientes como elegir un buen lugar, elegir buenos términos, elegir un buen tono, mirar a los ojos, hablar con afecto y no desde la reprimenda señalando lo que presumiblemente pensamos no está del todo bien, al menos a nuestro entender.

No debemos olvidar que si no iniciamos bien la conversación el otro puede sentirse agredido con los comentarios que escucha y, justamente eso es lo que queremos evitar ya que nuestra intención es ayudar a resolver una situación aparentemente conflictiva.

viernes, 26 de octubre de 2012

Como educar a los hijos?


Es mi gran pregunta y, creo que, es la de la gran mayoría de los padres desde siempre.

Hace décadas la cuestión era muy simple (si es que así podemos denominarlo) ya que si se quería una buena educación para los hijos se los enviaba a “internados” o a escuelas privadas (generalmente de curas o monjas) en las que se les daba la instrucción curricular y debían vivir dentro de las reglas de convivencia propias de esa institución.

Todos, en mayor o menor medida, hemos sabido de los castigos que por entonces se les propinaba a los alumnos que se resistían a encajar dentro de las reglas establecidas.

Hoy en día todo esto quedó en el olvido y la mayoría de nosotros hemos crecido en un hogar mucho mejor que aquello de hace tanto tiempo y, considero, mucho mejor que los que podemos ver en la mayoría de los hogares de hoy.

Crecí en un hogar con mamá y papá, en el cual había distribución de “tareas”. Papá era el proveedor de casi todo lo “material” y mamá era la reina de la casa, la proveedora de la educación, del afecto, de la transmisión de los valores y de la determinación de las reglas de convivencia entre los niños y entre niños y adultos.

Si había algún problema generalmente se solucionaba con “Ya verás cuando tu padre vuelva”… y esta “amenaza” casi siempre resultaba sin siquiera la intervención del padre quien, si debía intervenir lo hacía escuchando los sucesos y dando total apoyo a esa madre y tratando de mediar en una solución que conforme a todos.

Hoy en día no siempre es tan simple. Hoy la necesidad económica hace que la mayoría de los matrimonios deban salir a trabajar y dejan la educación de sus hijos a la escuela sea estatal o privada, aún sabiendo que esos maestros no ponen mucho énfasis ya que sus salarios no les incentiva a realizar sus tareas como se hacía hace 30 ó 40 años atrás.

Esto situación deja a la deriva la formación del niño y es agravada en muchos casos por el divorcio de ese matrimonio y especialmente en los casos en los que los padres no consiguen ponerse de acuerdo en un “discurso único” que deben decir para sus hijos que otras tantas veces se transforman en moneda de “cambio” frente a las diferencias de los ex – cónyuges.

Es así que los chicos “hacen lo que quieren” y viven de acuerda a reglas autoimpuestas y especulando que obtienen en su beneficio según a quien tengan enfrente.

Esto no estaría tan mal si estas “reglas” fuesen con cierta racionalidad pero casi siempre no lo son… No olvidemos que las redacta un adolescente quien no es persona idónea ya que está en pleno proceso de formación y sus intereses son absolutamente inmediatos y no posee visión de futuro ni la posibilidad de planear en la mayoría de los casos ni en el mediano plazo.

En nuestra adolescencia, incluso en la niñez, cuando nos preguntaban “¿Qué vas a ser cuando seas grande?” casi siempre escuchábamos… doctor, policía, bombero, ingeniero, veterinario…

Hoy es muy frecuente escuchar… licenciado en alpedismo… o famoso… o millonario… y algunas veces, solo algunas veces escuchamos una idea mas o menos cierta de “que quieren para si” en el futuro.

¿Cuáles son las razones de estas respuestas? ¿Por qué nuestros hijos han perdido el interés por su futuro? ¿Han perdido el interés por el conocimiento? ¿Han aprendido que lo que ellos no hacen habrá otro que lo haga?

Si hemos llegado a éste punto, ¿Cómo se hace para cambiarlo? ¿Cómo se hace para enseñar que uno se siente mejor con uno mismo cuando obtiene por su esfuerzo lo que desea que cuando alguien lo hace por él?

Si desde que eran pequeños no les incentivamos la curiosidad, el deseo de saber, las ganas de ser autosuficientes… ¿Cómo se hace durante la adolescencia?

Hoy por hoy, soy papá divorciado de una nena de 8 años con quien creo tengo una gran relación apoyada desde el amor casi incondicional… digo casi porque en casa siempre hay “condiciones”… es decir que, las condición es que todo está disponible pero siempre hay que hacer algo a cambio… que hay premios y castigo si algo se hace como “debe ser” o como “no debe ser”…

A que me refiero? Por ejemplo a la escuela… al comportamiento, a las calificaciones, al cuidado de sus materiales y al vínculo con sus pares…

Me refiero al orden en casa… con sus cosas y con las de la casa en si misma… me refiero al “acompañarse” mutuamente y a la distribución de los espacios de cada uno.

Es así que está claro que el “trabajo” de ella es la escuela… y su salario… las calificaciones… En casa, la cosa es aún con algunas pocas intervenciones (por su edad y porque en general lo hago “más” rápido) pero cada vez más está el juego de “que rico que cocinaste pá! Y alli mismo mi propuesta… “querés que te enseñe y cocinamos juntos”…

Y así son mis días de padre “maestro”, con muchas dudas sobre lo que estoy tratando de enseñar… simplemente con el deseo que el día que yo no esté, dejar una persona que sepa desenvolverse sin mayores dificultades en esta vida que le toca vivir.

¿Qué me muerdo los labios cuando tengo que decirle que no a algo que me gustaría permitirle? ¡Claro que sí! Muchas veces, pero sé en mi interior que ese NO es mejor que decir SI en muchas circunstancias… Sé que ese NO enseña mucho más que el SI cuando no puedo justificarlo.

¿Qué cuando veo los pequeños logros de ella se me llenan los ojos de lágrimas? ¡Claro que sí y se me hincha el pecho de satisfacción!

Y ahí vamos, acertando, errando… corrigiendo… pensando como hacer más adelante… mirando de los otros… como lo han resuelto, adaptando la “solución” a mi idiosincrasia… en fin… prueba y error… pero con el convencimiento que es lo mejor que puedo y que cada cosa la apoyo en el amor y en el fuerte deseo de hacer bien, de mostrar un camino.

Sólo me queda pedir fuerza y claridad en mis elecciones para poder moldear ese temperamento y dar todas las herramientas para que ella lo complete de acuerdo a sus deseos.

Y es que debo agradecer a aquellos que hicieron esto de mí, quienes lo hacen cada día y quienes lo harán junto a mi en cada paso que doy y que daré.

jueves, 25 de octubre de 2012

Para que sirven los bebés?


Para que sirven los bebés?

Claro que para nada… Solamente lloran, comen, duermen y hacen sus necesidades básicas!!!

Entonces para que los traemos al mundo?

La primera pregunta sale de un reportaje al filósofo Fernando Sabater…

Esto desencadena en mi la búsqueda de la respuesta.

Realmente los bebes son una creación “vacía”… ya que de hecho tenemos que llenarlos de enseñanzas. Tenemos que enseñarles TODO.

Los bebes crecen mirando todo, observan nuestros actos, piden, demandan nuestra atención, nos copian en nuestros gestos, en nuestra manera de actuar y hasta de pensar…Si, hasta de pensar!!!

Todo esto sucede en su etapa de formación, copian TODO… lo absorben, lo analizan, lo toman o lo descartan.

Y es así que crecen, tomando nuestro ejemplo… cada cosa, y adaptándola a su esencia innata.

En los 3 primeros años le damos formación a sus emociones, a los afectos, todo lo amoroso. Es en ésta etapa en la que debemos ser lo más cuidadosos posibles ya que se forma su carácter y adquiere sus herramientas de comunicación con los otros.

Hasta los 10 años es que ellos toman de nuestro ejemplo su actitud para con las cosas, si son cuidadosos o rotosos…. Si son “dueños” de sus cosas y las comparten o si son egoístas.

Es aquí que crecen, de acuerdo a su edad, en las distintas etapas de cómo se relacionan con los objetos y su pertenencia… aprenden a Tener, a Compartir, a Ceder, a Canjear, etc… con sus pares o con sus padres los diferentes objetos que le pertenecen.

Es aquí también que aprenden a ser constantes, a ser perseverantes en obtener lo que desean mediante el reclamo o el trabajo que se les pide realicen a cambio de…

A ese bebé vacío es a quien debemos enseñarle TODO para que pueda andar por la vida de la mejor manera posible y, dentro de los medios que se dispongan, ayudarle a obtener las herramientas que le permitan sobrevivir en el mundo que tendrá que vivir en su adultez.

Habemos muchos de nosotros que nos matamos trabajando para dejarle “cosas” y así, de alguna manera, quedarnos tranquilos que les resolvimos el “problema”… pero no es así!!!

Dejarle cosas a un hijo (una casa, un auto, etc)… puede ser que lo anule por completo si primero no le enseñamos como conseguir eso mismo por sus propios medios.

Me refiero a que en lugar de usar nuestro tiempo fuera de casa consiguiendo dinero (cosas) ese tiempo será mucho mejor invertido en tiempo con nuestros hijos educándoles en valores humanos y de relación con los otros y enseñando el amor por el conocimiento, por las artes, por la vida.

Será así que aquellos bebés vacíos que sólo lloraban, dormían, comían y hacían sus necesidades… se han transformados en personas con un potencial que sólo ellos saben.

Dejar “libres” a esos bebés vacíos es condenarlos al fracaso en su adultez, es condenarlos a que en sus relaciones tengan problemas y a que su vida “madura” sea conflictiva.

Si verdaderamente amamos a nuestros hijos debemos considerar seriamente en comenzar a darles educación, enseñarles lo que es el respeto, lo que es el amor, lo que es el conocimiento y cuantas puertas en el futuro este podrá abrirles simplemente porque “lo saben” y no porque tuvieron que “agacharse” para obtener lo que querían.

Al fin, me doy cuenta que aún no respondí “¿para que sirven los bebés?"

Creo que sirven para “educar” a los padres, para enseñarles a los padres todo lo bueno y malos que nuestros propios padres hicieron con nosotros y hacer lo mismo por copia o por oposición su eso estaba “bien o mal” según nuestra opinión.

Los bebés sirven para enseñarnos lo que es la “responsabilidad” de cuidar a alguien absolutamente indefenso y dependiente en forma total y completa de nosotros.

Y tu bebé, ¿para que sirve? Alguna vez te lo preguntaste?

martes, 16 de octubre de 2012

Paciencia, ¿Para qué?

El ritmo de vida de hoy nos hace ir veloz en todo… en el trabajo, en el trayecto, en llegar a casa, en hablar y de tan rápido, muchas veces dejamos de pensar, dejamos de encontrar esos momentos para la reflexión, esos momentos para “parar un poco”.

El "Ten paciencia al hablar es muy importante y, paciencia al juzgar lo es en gran medida, ya que de lo contrario permitirás que tus energías se abalancen a condenaciones calladas o habladas, ya que tú sólo ves apariencias y no los motivos que generan la acción, que "instan" ciertas actividades de los otros.
LA PACIENCIA ES MAESTRÍA. Los inmaduros se abalanzan a expresarse, correcta o incorrectamente. Los maduros muestran paciencia y se mueven en con tiempos desconocidos a la mayoría, son los tiempos de la sabiduría.

Debemos usar la paciencia antes de pronunciar el agudo reproche, de repetir el chisme carente de bondad; debemos abstenernos de realizar acciones apresuradas impulsadas por la indignación “virtuosa” o por nuestros intereses egoístas.

La paciencia hace tolerante al hombre quién podrá crear la base de una hermandad en su entorno con toda belleza, y con la seguridad de que soportará lo adverso, la condena y las acusaciones.

La paciencia nos da tiempo para ver lo que se nos presenta, y no siempre lo que se nos presenta es verdadero. Muchas veces lo falso parece veraz pero no se sostiene en el tiempo y lo falso si nos damos tiempo vemos sus inconsistencias y podemos dejarlo de lado.

La paciencia nos permite elegir nuestra mejor acción frente a lo que se nos presente.

La paciencia filtra lo malo frente a nosotros y nos permite elegir lo mejor que nos d la vida.

La paciencia nos ayuda a “andar lento” para avanzar velozmente hacia una mejor calidad de vida.

No olvidemos que "andar veloz" nos lo imponen aquellos que quieren controlarnos, aquellos que quieren que NO pensemos nuestros actos, aquellos que quieren ser dueños de nuestra vida.

jueves, 11 de octubre de 2012

“Que hace el amor en nosotros”

Los cuerpos son distintos y los pensamientos son distintos. Pero cuando nos enamoramos el Alma de ambos se hace una sola.


Cuando el amor se hace presente Nadie puede separar el Alma como perteneciente a una persona y no a dos. Donde quiera que vayan, estén juntos o cada uno en sus actividades, solo un sol ilumina ese mundo.
El amor nos acompaña en todas partes. Es omnipresente. No necesitamos buscarlo en alguna esquina. Es en nosotros. De hecho, todos nuestros problemas se deben a nuestro apego al mundo material, a las “cosas”.

No hay que pensar que somos otro del que amamos; somos uno y dos al mismo tiempo.

En la pareja, cuando vive el amor el “yo” y el “mío” desaparecen, queda solo el “nosotros y el nuestro”. Decimos “este es mi cuerpo, esta es mi mente, este es mi intelecto”. Eso prueba que ustedes no son el cuerpo, ni la mente, ni el intelecto. Están separados de todas estas cosas.

El amor en la pareja es como el sol. Si llenan miles de vasijas con agua y se ponen en el sol, verán que este se refleja en todas. Tal como un solo sol se refleja en miles de vasijas, también ese amor ilumina y calienta el universo completo de todo lo que rodea a ambos.
Desde ese amor que nos hace “uno” el objetivo es uno.

Desde allí todo lo bueno se disfruta de a dos y se extiende a los cercanos, y lo malo se hace pequeño frente al alma unida que lo diluye en la fuerza del amor.

Es por eso que nos sentimos tan mal cuando el amor se ha ido, es que esa fuerza que nos hacía fuertes es débil o se ha ido… y pasado un tiempo se restituye en parte y comenzamos a recuperarnos.

Es aquí que actúa el amor hacia nosotros mismos, ese que fortalece nuestro Autoestima que nos recupera, cura las heridas y nos muestra al mundo como realmente somos.

miércoles, 10 de octubre de 2012

¿Hijos malos de padres buenos?

Se dice que el ejemplo de los padres influye mucho en la conducta de los hijos: si en el hogar existe indiferencia, los hijos tomaran sus propias riendas; si hay comunicación y comprensión, los hijos actuaran como consecuencia de esos ejemplos.

Estos son los casos directamente proporcionales pero ¿qué pasa cuando no es así? Cuando ¿los hijos toman riendas equivocadas? ¿Quién tiene la culpa? ¿Ellos o los padres? Una muchachita que se embaraza fuera del matrimonio, un joven que acepta droga, aunque sus padres mantienen una relación estable y su propio comportamiento es visiblemente ético. ¿Qué es lo que sucede en estos casos? ¿Por qué el ejemplo de los padres no influyó en ese hijo/a? Dos cosas influyen en estos casos: la libertad del hijo y el medio ambiente en donde ese hijo/a se desenvuelve.

El ser humano tiene capacidad de libre albedrío.

Nuestros hijos también tienen libertad pero es mucho más débil por la cultura hedonista y fácil.

Además todo implica sensualidad, diversión y placer. Por lo tanto los jóvenes de hoy están más propensos a caer en tentaciones.

No debe buscarse culpables sino responsabilidad. No culpabilidad sino responsabilidad.

Visto de esta manera, los padres somos corresponsables de la educación de los hijos. ¿Qué se puede hacer para evitar esto?

Tenemos que ocuparnos de 3 cosas:

1.- Prevenir desde muy temprana edad (8 a 12 años)

2.- Educar la voluntad y el uso de su libertad con nuestro ejemplo.

3.- Estar atentos y observar su evolución de comportamiento y el entorno en el que lo desarrollan para corregir y tener respuestas a los nuevos desafíos.


Texto base tomado de: http://www.churchforum.org

martes, 18 de septiembre de 2012

Disolver conflictos

Ayer leía un artículo escrito por Hortencia Galvis sobre cómo Disolver conflictos, y hoy mismo me topo con que necesito resolver uno algo complicado.

No por el conflicto en si, sino porque se genera en la relación de dos personas fuera de mi y que son muy importantes y duele ver la situación hostil cuando uno entiende que es muy simple de resolver.

El artículo decía que todos tenemos 2 caras, una amable que muestra todas nuestras cualidades y las fortalezas que hemos desarrollado. La cara hostil, por el contrario, muestra todo lo oscuro de nuestro alma, lo ruin, nuestras miserias y rencores con la vida misma.

Generalmente, cuando tendemos a utilizar la "cara amable" enseguida se alinean frente a nosotros gente "portadora" de similares características y generalmente ahuyentamos a aquellos portadores de cara hostil.

Nuestra cara amable se comporta como un imán y atrae buenas cosas, por el contrario la otra cara trae tensión, rencores y situaciones complicadas que nos angustian y nos aprietan... nos quedamos sin aire y tarde o temprano tenemos "explosiones" de nuestro comportamiento que a los demás les hace pensar que estamos "un poco locos".

¿porque sucede esto?

Concientemente decimos no desear esto, pero una vez tras otra sucede lo mismo... explotamos y nos manifestamos con rencor por situaciones que nos incomodan y no sabemos como resolver.

Pero es común escuchar que "Recibes lo mismo que tu das". Esto me hace pensar que la vida nos refleja y como nosotros actuamos con los demás, los demás actúan con nosotros. Es como decir... "todo lo que va, vuelve"

Actuamos con agresión, recibimos agresión.

El agravante de esto es que si así hacemos pensando tenemos razón y consideramos que nuestros actos son justificados nunca habrá reconciliación posible y se mantendrá el conflicto indefinidamente.

Muchas veces los conflictos se provocan por cosas que no quisieron ser así pero la torpeza de los actores así lo hizo. Claro que esos torpes actores tampoco supieron dar marcha atrás sobre el tema de agresión y el problema se hace cada vez más grande porque supera el conflicto en si mismo.

Como disolver al conflicto si no dejamos de lado nuestro ego y decidimos abandonar los rencores y abrazar las posibilidades de estar mejor.

Mantener el conflicto vigente es señal de inmadurez, es muestra de que esa persona elije vivir en el pasado... y cuando el pasado está vivo, no hay presente y tampoco futuro feliz.

Cada uno elije como vivir, nadie nos puede obligar a otra cosa.

sábado, 16 de junio de 2012

Dia del Padre

Este domingo no es un día más... Festejamos el "día del padre".

La mayoría vamos y compramos un regalo y lo decoramos muy bien, hacemos un almuerzo y lo festejamos... muchas veces en una reunión que junta a varias familas con sus padres e hijos y las esposas y madres... tambien abuelas... Hermosa reunión!!!

Abrazos, besos, buenos deseos, regalos... risas... muchas risas... algunas lágrimas tambien por los que no están...

Pero muchas veces nos olvidamos que es un padre.

Para nosotros ¿Qué es un Padre?

Un padre es, para mí, ese señor que con su ejemplo nos enseñó a vivir, que nos enseño como ir por la vida... que nos eseño como tratar a una mujer.. que nos mostró el mundo...

Un padre es ese que nos tuvo muuucha paciencia... es ese que nos retaba, ese que nos abrazó cuando sentíamos que el mundo se nos terminaba...

Un padre es ese que muchas veces sin decir una sola palabra... nos mira... y entendemos TODO.

Un padre es ese varón que no le importa nada a cambio de cuidar a sus hijos... y los cuida hasta cuando tiene que castigarlos... porque, muchas veces, no sabe como mostrar que eso que hemos hecho no está bueno... o porque ese "castigo" es más educador que 2000 horas de charlas...

Un padre es ese que te amaba simplemente cuando te intuía dentro del vientre de esa mamá...

Un padre es ese que sin tenerte a la vista piensa que estarás haciendo... y lo siente tan claro que hasta ¡LO VÉ!...

Y ahora que veo lo que escribí... LOVE... un padre es eso, es AMOR... es FIRMEZA... es RESPALDO... es esa sensación que hay alguien que nos está mirando muy atento para darnos una mano si la necesitamos.

Un padre es aquel que nos da todo... sin pedir nada a cambio

Un Padre es todo aquel que viendonos donde hemos llegado, se miran al espejo y en sus ojos ven la satisfacción de que su vida de padre es el premio, el regalo a miles de días de duro trabajo que con el amor que vuelve de los hijos se transforma en el bien hacer.

Feliz día Padres de todas las formas que imaginemos... al que nos crió... al que nos guía... al que nos mostró el camino...

Feliz día a todos los padres que sin serlo... lo son del lugar que ésta vida les dió.