jueves, 22 de noviembre de 2012

Tristeza, amargura o resentimiento


¿Alguien puede decir que no los ha sentido en algún momento de su vida?
Es muy difícil escapar a estos sentimientos, de hecho, es normal sentirlos de vez en cuando, es nuestra naturaleza humana.
Llorar es muy sano cuando se trata de algo eventual, con el llanto nos ayudamos a la liberación.
Pero ¿Qué nos pasa cuando estas emociones se alojan en nuestro corazón permanentemente?, cuando estos se hacen representantes de nuestra propia personalidad.
Los males del “corazón” son muy comunes, las peleas familiares, la frustración, la represión, el fracaso y lo que podríamos denominar "el cansancio de vida" se adueña de nosotros cuando vemos que a pesar de nuestro esfuerzo, las cosas "nunca funcionan", "todo sale mal" y pensamos que "la vida ha sido muy injusta con nosotros".
Con estos ingredientes es que el resentimiento, la autocompasión y la tristeza pueden quedar arraigados en nuestro corazón definitivamente.
Esta actitud hace que a todo lo veamos a través de un "cristal opacado", es decir, nuestra perspectiva de vida se torna negativa, dejamos de percibir a la belleza de la vida, los buenos momentos son indiferentes ante nosotros, dejamos ir oportunidades y empezamos a crear una falsa realidad al creer que "nadie nos quiere" o que "todos quieren hacernos daño", nuestra visión actúa y distorsiona todo desde nuestro cristal opacado.
Permanecer por mucho tiempo en esta actitud, además de prolongar nuestro sufrimiento, trae como consecuencia enfermedades derivadas de "un corazón triste":
  • Enfermedades respiratorias (gripes, asma, tos, sinusitis, etc).
  • Enfermedades del corazón (Angina de pecho, infarto, etc.)
  • Enfermedades del sistema circulatorio (mala circulación, varices, colesterol, etc.)

Ningún medicamento, dieta o ejercicio pueden evitar o curar dichas enfermedades si no nos conectamos con la alegría de vivir, con el amor a la vida. La alegría es la única medicina para un corazón que revive constantemente en su presente las heridas del pasado.
Sin la alegría, nuestra vida se detiene, nuestros pasos se hacen lentos y ya no queremos saber nada, nos deprimimos y sentimos un constante dolor de piernas, nos pesan tanto como para poder dar un paso más.
Sufrimos también por causa de nuestra soledad por tener nuestro corazón cerrado al amor, no sabemos darlo, mucho menos recibirlo, al mismo tiempo nos duelen los hombros y la espalda.
Seguimos sufriendo, porque las pastillas no son suficientes para un corazón que frena el amor, que lo tiene por esencia, pero no lo deja salir… se ahoga, se asfixia…hasta morir.

Ahora que sabemos todo esto… ¿estamos seguros que deseamos permitir seguir así?

O talvez hagamos algo para “salir del pozo”… ¿Qué puede ser peor que saber que ni siquiera lo intentamos?... Sólo es cuestión de sacar energía de donde creemos que no la hay y buscar un buen soporte donde apoyarnos… después todo será más fácil.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Si no estamos de acuerdo con nosotros mismos


¿Cuál es tu objetivo? ¿Tu hablar interno concuerda con él? Debe concordar si quieres realizarlo.
¿Pueden dos caminar juntos excepto que estén de acuerdo?

Por supuesto la respuesta es: “No, no pueden.” Los dos que deben estar de acuerdo, lo que tú deseas ver y oír fuera, debes verlo y oírlo dentro. Cada etapa de nuestro progreso está hecha por el ejercicio consciente de su imaginación haciendo coincidir su habla interna con su deseo cumplido. 
Cuando controlamos “que nos decimos” y lo hacemos coincidir con nuestros deseos cumplidos, podemos dejar de lado todos los demás procesos. Entonces simplemente actuamos con una clara imaginación e intención: imaginamos el deseo cumplido y mantenemos nuestros pensamientos desde esa premisa. El habla interna correcta es el habla que impulsa a realizar tu ideal. En otras palabras, es el habla del deseo cumplido.

Las condiciones y circunstancias de nuestra vida no son creadas por algo externo a nosotros; son las condiciones que resultan del ejercicio de nuestra libertad de elección; de nuestra libertad para elegir las ideas a las cuales responderemos.

Ahora es el momento adecuado. Este es el día. Todo lo que sea de buena relación, pensemos en eso. Nuestro futuro será formado por lo que hablemos internamente. Nosotros creamos nuestro futuro.

Hay un dicho que dice “lo que bien comienza, bien acaba” y es así porque los finales corresponden a los orígenes. Si queremos cosechar éxito, debemos plantar éxito.
La idea en la mente, que inicia que todo el proceso marche, es la idea que se acepta como verdad.
Este es un punto importante a captar, la verdad depende de la intensidad de la imaginación, no de los “hechos”.

Para experimentar éxito, debemos asumir que somos exitosos. Debemos vivir completamente en el nivel de la imaginación misma, y esto se debe emprender consciente y deliberadamente. No importa si en el momento presente los hechos externos niegan la verdad del objetivo; si se persiste en el objetivo, se convertirá en un hecho. Las señales siguen, no preceden.

Asumir un nuevo concepto de nosotros mismos es definir la persona que deseas ser y luego asumir la sensación de tu deseo cumplido, con la confianza de que eso encontrará expresión a través de ti.

Imagina como es que quieres ser y permanece fiel a esa concepción. Inténtalo y mira si la vida no se forma sobre el modelo de tu imaginación.

El pensamiento negativo, particularmente el pensamiento malévolo y envidioso, es el caldo de cultivo de los futuros campos de batalla en nuestro mundo. Es muy común la costumbre de “pensar en negativo”. A través de ello se justifica el fracaso, se critica a los vecinos, se disfruta en el malestar de los demás y en general vierte su veneno sobre todo. Todo esto no hace más que generar violencia en el mundo.

Para que cambiemos la manera de “pensar” requiere que meditemos sobre una frase X, una frase que implique que nuestro ideal se ha realizado, y afirmarlo interiormente una y otra y otra vez hasta que estemos interiormente afectados por su implicación; hasta que estemos poseídos por ella. Será allí que nos aferremos a nuestras convicciones nobles. Nadie podrá quitarlas sino nosotros mismo y Nadie podrá impedir que se conviertan en hechos objetivos. Todas las cosas son generadas a partir de nuestra imaginación, que es tu propia conversación interna

El gran secreto del éxito es una conversación interna controlada desde la idea del deseo cumplido.
El tiempo está maduro para que muchos de nosotros comencemos a usar nuestra imaginación consciente y voluntariamente, oír interiormente y decir sólo lo que esté en armonía con nuestro ideal, es traer activamente lo bueno a nosotros.

Usar la imaginación para transformar energía desde el nivel emocional mental al nivel físico, extiende los sentidos – se puede ver lo que se quiere ver y escuchar lo que se quiere escuchar…  y hasta tocar lo que quieres tocar.

Hazte intensamente consciente de hacer eso. Da a tu estado imaginario todos los matices y sensaciones de la realidad. Sigue haciéndolo hasta que despiertes dentro de ti el estado de ánimo del cumplimiento y la sensación de alivio.

Este es el uso voluntario activo de la imaginación, a diferencia de la aceptación involuntaria pasiva de las apariencias.

Llamamos imaginación a la “facultad de soñar”, pero realmente es la puerta misma de la realidad. La imaginación es el camino al estado deseado, es la verdad del estado deseado y la vida de ese estado deseado. Si nos damos cuenta de esto totalmente, habremos aprendido que lo que hacemos en la imaginación es lo único importante.

Dentro del círculo de nuestra imaginación el drama entero de la vida está siendo representado una y otra vez. A través del uso audaz y activo de la imaginación podemos estirar nuestra mano y tocar a un amigo a diez mil millas de distancia. Es el camino para todo en el mundo. ¿De qué otro modo podríamos funcionar más allá de las limitaciones del cuerpo?

Imaginemos que otra parte es aquí, y que luego es ahora. Inténtemoslo. Siempre podremos decir si hemos conseguido hacer del sueño futuro un hecho presente observando el hablar interno. Si estámos interiormente diciendo lo que audiblemente diremos si estuviéramos físicamente presente y físicamente moviéndonos por ahí en ese lugar, entonces lo hemos conseguido.

Desde allí podremos intuir, desde esas conversaciones internas y desde los estados de ánimo que ellas despiertan dentro de nosotros, cuál será el futuro.
Todo lo que encontramos es nuestro pensamiento hecha visible. Y lo que ahora no comprendemos, está relacionado por afinidad con las fuerzas no reconocidas de nuestras propias conversaciones internas y los estados de ánimo que ellas despiertan dentro de nosotros.

Si no nos gusta lo que nos está sucediendo, es una señal segura de que necesitamos un cambio en nuestra manera de pensar.
Una mente que vive de las Palabras o hablar interno, deberíamos alimentar a nuestra mente sólo de nobles pensamientos amorosos. Pues con las Palabras o hablar interno construimos nuestro mundo.

Dirigir nuestros pensamientos hacia todo lo que es noble y de buena relación traerá hechos que nos hagan sentir mejor, y mejorará como nos relacionamos con otros estén ellos sintonizados o no con la misma manera de pensar.

Hablemos bien con nosotros mismos


Hablar con uno mismo es un hábito en el que todo el mundo se consiente. Todo el tiempo hablamos con nosotros mismos tanto como comer y beber. El tema es “que hablamos y como”. Todo lo que podemos hacer es controlar la naturaleza y la dirección de nuestras conversaciones internas. La mayoría de nosotros somos totalmente inconscientes del hecho de que nuestras conversaciones internas son la causa de las circunstancias de nuestra vida.

Se nos ha dicho que “Como pensamos en nuestro corazón, así somos”.

¿Sabemos que nuestros pensamientos siguen los rastros dejados por las propias conversaciones internas?
Para hacer que los rastros a los cuales está atado vayan en la dirección en que queremos ir, debemos separar las conversaciones internas. El habla es la imagen de la mente; por lo tanto, para cambiar la mente, primero debemos cambiar el habla.
Por “habla” se entiende las conversaciones mentales que mantenemos con nosotros mismos.

Somos capaces de infinitas transformaciones mentales posibles, porque hay un número infinito de conversaciones mentales posibles. Cuando descubramos el poder creativo del hablar interno, realizaremos nuestra función y misión en la vida. Entonces se podrá actuar hacia una meta, hacia un propósito. Sin éste conocimiento, actuaremos inconscientemente.
Todo es una manifestación de las conversaciones mentales que transcurren en nosotros sin ser conscientes de ellas. Pero como seres pensantes, debemos volvernos conscientes de ellas y actuar con un propósito.

Nuestras conversaciones mentales atraen nuestra vida. En tanto no haya cambio en su hablar interno, la historia personal seguirá siendo la misma. Pretender cambiar nuestro mundo antes de cambiar nuestro hablar interno es luchar contra la naturaleza misma de las cosas. Podremos dar vueltas y vueltas en el mismo círculo de decepciones y desgracias, no viéndolas como causadas por su propio hablar interno negativo, sino causadas por los demás. La culpa de lo que me pasa es de…. O porque XX hizo tal cosa en contra mío… Sólo excusas para no ver el verdadero problema.

Esto parecerá algo loco, pero es una cuestión que debemos preguntarnos, revisar y experimentar.

Cuando uno permanentemente vive quejándose internamente (o hasta diciéndolo a otros) respecto de algo que influye en nuestra vida no hará más que aumentar su efecto negativo.
Si uno puede reemplazar eso por un pensamiento más favorable sucederá que eso que nos mortifica, que nos agrede, que no nos gusta, comenzará a ser menos agresivo y podremos tomarlo desde un lugar netamente amigable y atacar los aspectos negativos con muchas posibilidades de salir favorecidos.

Esto se consigue reemplazando los pensamientos negativos por los positivos y el resultado será pasar de una vida “desdichada” a una vida más satisfecha y con hambre y sentimiento de que podremos más de lo que queremos.

Por ejemplo: Dos personas A y B. A no saluda a B. Entonces B piensa “¿Qué le pasa a A que no me saluda?, y responde de la misma manera; “B no saluda a A.
Resultado A y B más lejos.

Pensemos por un momento porque A no saludo a B.
1.- A no soporta a B.
2.- A estaba absorto en sus pensamientos pero no lo vió (aunque sus ojos lo miraban)
3.- B alguna vez hizo algo a A que le lastimó, aún sin saberlo y A aún lo recuerda.

Si A decide no saludar a B, lo único que hace es continuar el conflicto si lo había o generar un pensamiento negativo de A hacia B nuevo.
Si A decide saludar a B, puede pasar que A no lo responda y quede como descortés o que lo responda y se genere un diálogo.

El saludo acerca a las personas y no hacerlo puede alejarlas. Está en nosotros que hacer con eso. Si uno saluda y no nos devuelven el saludo está en nosotros que hacer con eso... un drama o "me vale nada" y seguir con nuestra vida desde un lugar un poco más "alto", será del otro el permanecer en el barro o salir de él. 
Para satisfacción nuestra iremos descubriendo que su propia actitud es la causa de todo lo que nos pasa. El comportamiento de aquellos que pensamos nos agreden se invierte.
Debemos empezar a tomar la vida conscientemente, pues la solución de todos los problemas está justamente en esto.

Con una vida consiente podemos escribir nuestro presente cada día. Nuestras conversaciones internas representan de diferentes modos el mundo en el que vivimos. Nuestros mundos individuales son autorrevelaciones (darse cuenta de…) de nuestra propia habla interna.
Muchas veces he escuchado que “Como hablas, eres”…

Nos abandonamos al hablar interno negativo, sin embargo esperamos conservar el mando de la vida. Nuestras conversaciones mentales presentes no retroceden en el pasado como creemos. Avanzan en el futuro para presentársenos como palabras gastadas o invertidas.

“Mi Palabra no regresará a mí vacía, sino que cumplirá lo que dice y generará todas las cosas para las que la envié.”

“Ahora es el momento adecuado para comenzar, no mañana ni pasado, ni a fin de mes.”

Si queremos aprender a controlar una parte de nuestra vida y saber donde estamos parados HOY siempre es el mejor momento para comenzar, lo demás son sólo postergar lo que nos favorece.
No es necesario gritarlo a los 4 vientos, sólo con un esfuerzo interno de intensa atención es más que suficiente. Escuchar atentamente, como si oyeras, es crear. Los acontecimientos y relaciones de nuestra vida son nuestras Palabras hechas visibles.

La mayoría de nosotros robamos a los demás su voluntad y su capacidad de ser amables y generosos por nuestras actitudes fijas hacia ellos. Nuestras actitudes se despliegan dentro de nosotros en forma de conversaciones mentales. El hablar interno desde premisas de deseo cumplido es el modo de crear conscientemente las circunstancias.

Nuestras conversaciones internas son constantemente plasmadas a nuestro alrededor en acontecimientos. Por lo tanto, lo que deseamos ver y oír fuera, debemos verlo y oírlo dentro, porque el mundo entero se manifestará mostrándonos qué uso hemos hecho de la Palabra.

Practicar el hablar interno controlado nos hará capaces de utilizar conscientemente la imaginación para transformar y canalizar las inmensas energías creativas que tenemos del habla interna desde el nivel mental emocional al nivel físico, Y no sé qué límites, si hay alguno, hay para tal proceso.

martes, 6 de noviembre de 2012

La diferencia entre hablar y comunicarse


Con la mayoría de las personas hablamos pero no siempre conseguimos comunicarnos.

¿Por qué pasa esto?

La mayoría de las veces es que creemos que el otro tiene la obligación de entender lo que decimos, otras veces pensamos más lento de lo que hablamos y no conseguimos trasmitir el mensaje y otras, y en muchas ocasiones, porque no elegimos el lugar correcto para el diálogo.

En el primer caso siempre suponemos que le pasa al otro y este es el primer error. Primero por suponer, segundo porque lo analizamos con nuestra historia y conocemos poco de la historia del otro y lo que menos sabemos es como la siente.

En segundo término, nuestra lengua veloz hace que muchas veces digamos cosas sin pensar y lastimamos al otro en lugar de ayudarlo.

Otro de los motivos de la no comunicación es hablar en un lugar no adecuado, no adecuado por las circunstancias per sé.

Un lugar muy concurrido no es adecuado para hablar cosas profundas y/o personales, un lugar no adecuado es mientras alguno de los dos se encuentra conduciendo o realizando tareas que le ocupa gran parte de su atención.

Pero el error más frecuente que suele suceder es el desconocimiento de las circunstancias de vida del otro, como es que fue su crecimiento que lo condiciona a determinadas conductas en su presente ocasionadas por diferentes acontecimientos en su pasado se en su niñez, o en la adolescencia o en la adultez misma.

La única manera de conseguir transformar el hablar en comunicar es una combinación bastante compleja de ingredientes como elegir un buen lugar, elegir buenos términos, elegir un buen tono, mirar a los ojos, hablar con afecto y no desde la reprimenda señalando lo que presumiblemente pensamos no está del todo bien, al menos a nuestro entender.

No debemos olvidar que si no iniciamos bien la conversación el otro puede sentirse agredido con los comentarios que escucha y, justamente eso es lo que queremos evitar ya que nuestra intención es ayudar a resolver una situación aparentemente conflictiva.