sábado, 15 de diciembre de 2007

Película o foto de algunas realidades?

¿Vieron Papá por siempre? Parece una comedia pero nada más lejos, es una muestra de lo que sucede en algunas parejas rotas porque se “consumió” la relación.
En la película el padre da escasa importancia al trabajo y la madre es cada día más exitosa en el suyo.
Se ven dos ritmos y objetivos diferentes y hasta opuestos cuando podrían ser complementarios si hubiesen trabajado en eso.
Los problemas comienzan cuando, frente a ésta situación, se pierde la tolerancia, también el respeto y da inicio a la etapa de peleas y discusiones casi por cualquier motivo, hasta los más ridículos.
Cuando esto pasa a ser cosa de todos los días suele pensarse que la salida más saludable para todos es la separación.
El beneficio es para todos, para los integrantes de la pareja porque sacamos de nuestra vida a la causa de las disputas y cuando hay hijos también porque no crecerán en un ambiente hostil.
¿Es así? No estoy tan seguro como para afirmar semejante cosa.
Diría, que en el caso de los integrantes de la pareja la afirmación del párrafo anterior es como creer que si el problema desaparece si retiramos la luz de aviso de problemas y no buscamos que lo provoca. También diría que la solución no es muy favorable para los hijos porque se los priva de la mitad del tiempo con cada uno de sus padres ya que, el niño, cuando está con uno no está con el otro.
Esta decisión no es nada justa para los hijos ya que son los únicos inocentes y por ellos es necesario hacer un esfuerzo para darles la mejor solución.
El problema principal no es lo que está pasando (a veces ni recordamos cuando inició todo) sino entender que lo mejor es salir del centro de la escena para poder ver que pasa.
Casi siempre, inmediatamente, señalamos al otro como quien únicamente piensa en si mismo y esto no es mas que el reflejo de lo que sucedió durante los últimos tiempos de la pareja.
El secreto para que esto no suceda es hablar con sinceridad, con respeto, buscar la calma y por sobre todo, con amor y recordando siempre que a quien tenemos enfrente no es nuestro enemigo (aunque sintamos que los es) sino a quien elegimos para compartir nuestra vida.
Si esto es entendido, todo lo demás es muy simple … un poco de voluntad, un poco de comprensión y ganas, ganas de luchar juntos para salir adelante.
No hay que olvidar que hacer esto individualmente llevará casi incuestionablemente al fracaso de la pareja porque ésta es como un bote, y en él hay que remar los dos juntos porque si no lo hacemos sólo conseguimos ir en círculos.
Todo es más fácil y mejor si lo hacemos de a dos.

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