miércoles, 26 de diciembre de 2007

Adiccion por el otro o anestecia temporal?

La razón por que el amor romántico es una experiencia tan intensa y universalmente deseada es que parece ofrecer la liberación de un estado profundamente arraigado de miedo, necesidad, carencia y falta de plenitud que es parte de la condición humana en su estado no liberado. Esto tiene dos dimensiones, una física y otra psicológica.
Físicamente podemos decir que no estamos completos, seamos hombres o mujeres somos la mitad del todo. En este nivel, buscar la sentirse completo es buscar la mitad que nos falta, sentimos la atracción de macho-hembra, la necesidad del hombre de una mujer.
La unión sexual es lo más cerca que uno puede sentirse del Ser completo, por esto es que es la relación más profundamente satisfactoria a nivel físico que podemos encontrar, aunque sólo sea por un instante.
A nivel psicológico, la sensación de carencia y de falta de plenitud es aún mayor que en el nivel físico. Mientras esté identificado con la mente se obtiene el sentido de quién es de cosas que no tienen nada que ver con quién es uno; en el papel social, las posesiones, apariencia externa, los éxitos y fracasos, etc.
Este Ser falso, elaborado por nuestra mente, es el Ego, y se siente vulnerable, inseguro y siempre busca cosas nuevas con que identificarse para que le den sensación que existe. Pero nunca nada es suficiente para darle una realización duradera, lo único que permanecen son su miedo y su sentido de carencia y necesidad.
Es aquí que llega esa relación especial que cubre nuestras carencias y necesidades y parece ser la respuesta a todos los problemas. Al menos así parece al principio.
Ponemos foco en el enamorado y a través de él damos sentido a nuestra vida. Nuestro mundo tiene un centro, nuestro amado. El hecho que el centro esté fuera de uno al principio no tiene mayor relevancia frente a la no sensación de miedo, carencia y necesidad.
Todas estas características del ego, desaparecieron. O ¿quedaron bajo la feliz realidad superficial?
Podemos hacer una prueba. Si en su relación experimenta amor y sus reacciones contrarias como ataques, violencia emocional, etc es probable que esté confundiendo el apego del ego y su dependencia adictiva con el amor. No es posible amar a nuestra pareja y atarla al instante siguiente, el amor no tiene contrario. Si su amor tiene contrario, entonces no es amor sino una fuerte necesidad de del ego de un sentido mas completo y profundo de sí mismo, necesidad que la otra persona llena temporalmente.
Esto funciona mientras la pareja actúa como necesitamos (en realidad como necesita nuestro ego).
Los sentimientos de dolor, temor y carencia, que son una parte de la conciencia egoísta (y ocultada por la “relación amorosa”) ahora salen a la superficie.
Cuando esta relación amorosa no puede tapar las exigencias de nuestro ego, éste comienza a percibir a nuestra pareja como la causa de nuestros males, los proyecta hacia fuera y ataca al otro con toda la violencia que parte de su dolor.
Este ataque puede despertar el dolor de la pareja y provocar un contraataque. En este punto su ego piensa que podrá inducir a su pareja a cambiar su conducta de modo de usarla nuevamente como anestésico para su dolor.
Toda adicción surge de la negativa inconsciente de enfrentar un dolor y salir de él. Por eso, después que la euforia inicial ha pasado hay tanta infelicidad y desasosiego.
Las relaciones amorosas no producen dolor o infelicidad, sacan a la luz el dolor e infelicidad que hay en uno.
Por esto es que hay tantas personas que tratan de escapar del presente buscando algún tipo de salvación en el futuro.
Probablemente es mejor tres relaciones fallidas en tres años que estar tres años retirado en una “isla desierta”. Si uno toma el primer camino seguramente las experiencias nos harán despertar de la pesadilla mejor preparados para lo que venga.
De "Relaciones Iluminadas" de Eckhart Tolle.

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