jueves, 13 de enero de 2011

Pasados de vueltas? Nooo … que vaaa

Descansar y buscar un poco tiempo libre... Dar un respiro en una vida agitada es tarea imposible?

Hay muchas razones en nuestra vida por las cuales sentimos tensión. En algunas personas, la tensión suele ser momentánea, causada por una circunstancia particular; en otros casos, la tensión puede marcar un estado emocional permanente. En cualquiera de estas situaciones, la tensión hace estragos en nuestro cuerpo y, tarde o temprano, comenzarán a manifestarse de distintas formas.

Por lo general, una persona tensionada no es consciente de su estado, ya que lo hizo interior y lo hizo parte de su vida, sin darse cuenta de los daños que le provoca.

¿Por qué existe la tensión?

Cuando hay situaciones que se alargan en el tiempo, pueden convertirse en crónicas, el cuerpo se queja. La mente acelerada pone en los músculos y los huesos ritmos y rigideces y no llegan descansos adecuados.

Hay personas tensas que quieren relajarse pero no pueden, el cuerpo se les resiste. No encuentran una postura que les libere de la carga. La mente no puede liberarse con facilidad de las presiones que, grandes o pequeñas, se ve obligada a soportar.

¿Cómo hacer para relajarnos?

No hay que permitir vivir largos periodos con síntomas de tensión excesiva. Dolores en la nuca o molestias en algún punto de la columna vertebral y problemas del sueño suelen ser los más habituales. Hay que atacarlos cuanto antes y visitar a un especialista.

Hay que poner descansos en nuestra actividad. Cada dos horas destine unos minutos de descanso, para “salir” de la rutina laboral.

Si estamos preocupados mentalmente, debemos “ventilarnos”. Salir del lugar donde estamos y distraernos por un rato.

Relajemos hombros, cuello y nuca. Sencillos giros a uno y otro lado, de pie o sentado con la espalda recta le ayudarán.

En momentos tensos respiremos profunda y lentamente. La respiración es básica. Un buen descanso es destinar cuatro o cinco minutos para respirar bien.

A lo largo del día hagamos una pausa más larga, de unos diez o quince minutos. Comencemos con la respiración profunda y luego hagamos ejercicios simples de relajación muscular.

Recostémonos en un sofá. Si no hay sofá serán dos sillas. Sin zapatos, subamos las piernas. Soltemos los músculos de las piernas. Juntemos y separemos las rodillas manteniendo la columna recta y la espalda bien apoyada.

Si buscamos una compañía para hacer ejercicios de relajación, podremos ser más constantes y en ”equipo”... relajarnos.

Estos ejercicios producirán muchos beneficios: reduce las tensiones y el cansancio, incrementa el descanso, previene problemas físicos a medio y largo plazo.

Al liberarnos de la presión o stress, seremos más productivos ya que nuestra concentración mejorará y tendremos mejor calidad de vida... de otro modo seremos blanco fácil para cualquier germen que ande cerca...

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