lunes, 7 de marzo de 2011

Autoestima… la base de la felicidad

Muchas veces nos hemos sentido poco, como que no valemos lo suficiente. ¿Lo suficiente para quien?

Para nosotros… para nuestros padres, amigos o para nuestra pareja.

La violencia emocional o psicológica en la familia o en la pareja o en la vida social de los individuos y su sufrimiento diario tiene como consecuencia a la baja autoestima. Esta baja autoestima conduce a pensamientos de autoprivación, y sentimos que no tenemos derecho a ser felices. Nos sometemos a los maltratos de los otros y nos miramos en el espejo sin reconocer nuestra propia imagen, por que estamos desorientados y angustiados.

Tendemos a pensar que lo poco bueno que nos puede pasar, lo podemos conseguir a través del dolor. Nos desanimamos rápido y nos permitimos el fracaso en cualquier cosa que emprendamos. Somos criticados y nosotros también lo hacemos y pensamos que tenemos la culpa de todo, y es allí que hasta llegamos a sentir que merecemos el castigo. Si así es, ya se instaló la violencia psicológica en nuestra vida y cada día sentiremos que valemos menos.

Y ¿cómo se sale de esto?

Empecemos por valorarnos y salir de la violencia emocional. No será fácil, porque tendremos que trabajar mucho sobre nosotros y a veces somos grandes artífices del autoengaño.

No debemos adaptarnos a vivir bajo el mandato, los maltratos y las manipulaciones de la familia, parejas o amigos. Esta forma de vida desgasta y ahoga y, sólo nos conducirá a la depresión que nos enfermará y apagará nuestro corazón, y nos dejará en la puerta de la violencia física. Hoy día, antes de la depresión, nuestro estado de ánimo es de ansiedad. La ansiedad muchas veces se funda en pensamientos ilógicos, y en caso de violencia también emociones y pensamientos de miedo distorsionados:

  • tenemos pensamientos extremos, es todo o nada, éxito o fracaso.
  • exageramos todo. Pensamos ”siempre me pasa esto... nunca voy a estar tranquilo...”
  • no tenemos en cuenta lo positivo, es como si no existiera
  • damos por sentado lo que otros piensan de uno, cómo terminaría una situación etc.
  • no usamos la razón. nos manejamos por lo que sentimos, por emociones solamente.
  • nos castigamos con los “debería...” “tendría que…” etc.
  • nos culpamos por todo, cualquier cosa que pase, que nos pase o pase a los demás.

Enfrentar la violencia emocional hará que nazca la fuerza que necesitamos para dejar de sufrir. No nos dejemos llevar por las decisiones y maltratos de la familia, pareja o de nuestro entorno, salgamos del estancamiento emocional.

El maltrato se manifiesta en pequeñas cosas y si no estamos despiertos no nos damos cuenta y caemos en la trampa.

El maltrato ejercido en forma pública, nos descalifica, nos hace sentir ansiosos, nos provoca síntomas corporales como sudor, taquicardia, temblor.., o sea como ya nos sucedió otras veces, nuestra respuesta es de ansiedad y pánico, y nos deja casi paralizados para actuar. Debemos frenar esta violencia, lo mejor es desde el principio, pero ya instalada, poco a poco también es posible liberarnos.

Probablemente pasaremos por situaciones que habrá que afrontar y confraternizar de alguna manera, para empezar a recorrer el camino de salida. Tendremos que considerar algunos puntos importantes:

  1. Pensar que el fracaso y error son nuestros aliados. Debemos aprender del error, si los fracasos que vivimos nos dejan una enseñanza y esta enseñanza la utilizamos como puente hacia el éxito, entonces el fracaso será nuestro amigo. Cada uno decide salir del estado de maltrato y violencia, entrar en la zona de riesgo, es decir afrontar el problema y lógicamente tendremos algunos fracasos o errores que tomaremos como aprendizaje. Preparémonos mentalmente pensando que aunque tengamos errores o fracasos, vamos a salir con éxito hacia nuestra meta, liberémonos de la violencia psicológica.
  2. Tomar conciencia que correremos riesgos pero de manera inteligente. Tendremos que atravesar por situaciones, algunas quizás tormentosas, lidiar con personas para llegar a nuestra meta. Necesitaremos tenernos confianza, darnos aliento, porque debemos correr el riesgo de actuar ante el problema. Sin embargo esto no implica hacerlo sin pensar, visualicemos un plan, imaginemos incluso situaciones fuertes, visualicemos cómo actuaremos.

Que tal si empezamos hoy mismo?, pongamos manos a la obra, lideremos nuestra vida, y salgamos de la violencia emocional y psicológica y seamos libres, recuperemos el autoestima. Seamos nosotros mismos!

Finalmente y de la manera más breve posible quiero expresar que en estas situaciones hay 2 responsables quien usa la violencia emocional y quien la sufre y son igualmente responsables.

Quien la padece, sufre de baja autoestima.

Quien la ejerce, sufre de inseguridad y tiene autoestima baja.

Por esta razón sólo haciendo inferiores (al menos desde lo emocional) a los demás (a quienes lo permiten) es que se sienten un poco mejor.

De todas maneras estás personas sufren tanto como los otros porque tampoco pueden ser ellos mismos. Viven un autoengaño emocional pero lo manifiestan de manera agresiva.

Para dar solución completa al problema es positivo considerar la situación de los otros ya que sólo así es como que podremos entender mejor porque actúan de esa manera.

Así con nuestra autoestima recuperada y entendiendo el porqué actuaban así los demás sentamos base para recorrer el camino hacia la felicidad… que no se trata de otra cosa más que estar contentos con lo que somos.

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