Cual es la verdad?

Me han dicho algunas personas que hablan conmigo y otras que leen este blog que aún mi ex mujer y yo estamos conectados por el amor puro.

Yo, muy seguro de mi, traté de explicar que lo que les parecía amor era el profundo respeto que nos teníamos y sumado a nuestro acuerdo por no transferir nuestras angustias de la separación a nuestra hija les daba que pensar era amor.

Puro verso, dijeron todos. Dijeron que estábamos ocupados en distraernos fuera de nosotros buscando en otras personas reemplazar el amor que nos teníamos.

La verdad es que me sentí molesto por la afirmación. ¿Qué pueden saber ellos de lo que siento y mucho menos lo que siente mi ex si ni la conocen?

Pero lo bueno de estas cosas es que me llevaron a reflexionar y creo que algo de razón pueden tener. Creo que muchas veces las personas actuamos pensando que para salir de una situación que no nos gusta o que nos duele la decisión es una sola. Muchas veces es así, pero otras muchas no y depende de cada caso en particular y como son los integrantes de esa pareja.

A veces las decisiones que tomamos son buenas para salir de esa mala situación, pero esas decisiones pueden no ser definitivas sino transitorias.

Transitorias, en principio porque en ciertas circunstancias, porque necesitamos tomar distancia y serenarnos para después definir la categoría de lo decidido.

Esto último desde el lado de quien decidió.

Desde el otro la cosa es diferente porque espera que el tiempo y el tomar distancia serene y traiga la “razón” y haya alguna chance de poner sobre la mesa las cuestiones que provocaron el alejamiento y resolver las diferencias definiendo un nuevo “acuerdo” para la relación futura.

Lo cierto es que según dicen “cuando una mujer cierra la puerta nada la abre” y si así es, lo mejor que se puede hacer cuando a uno le prohíben “beber” Té, es vaciar el recipiente y limpiarlo para que pueda recibir otra bebida para beber. Alguna que podanos disfrutar desde el nuevo lugar que hemos encontrado.