miércoles, 10 de diciembre de 2008

Cosas del Amor

Duele amar a alguien y no ser correspondido. Pero lo que es mas doloroso es amar a alguien y nunca encontrar el valor para decirle a esa persona lo que sientes.

Tal vez tenemos que conocer a unas cuantas personas de las que algo tenemos que aprender antes de conocer a la persona indicada, para que al fin cuando la conozca, estemos verdaderamente preparados para ese maravilloso regalo.

Una de las cosas más tristes de la vida es cuando conocemos a alguien que creemos significa todo y solo para darnos cuenta que al final no era para nosotros y lo tenemos que dejar ir.

Cuando la puerta de la felicidad se cierra, otra se abre, pero algunas veces miramos tanto tiempo a aquella que se cerró, que no vemos la que se ha abierto frente a nosotros.

Es verdad que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, pero también es cierto que no sabemos lo que nos hemos estado perdiendo hasta que lo encontramos.

Darle a alguien todo nuestro amor nunca es un seguro de que nos amaran de regreso, pero no esperemos que nos amen de regreso; solo esperemos que el amor crezca en nosotros y seamos felices por eso. Veremos que al otro le sucede lo mismo con nosotros.

Hay cosas que nos encantaría oír que nunca escucharemos de la persona que nos gustaría que nos las dijera, pero no seamos tan sordos para no oírlas de aquel que las dice desde su corazón.

Nunca digamos adiós si todavía queremos tratar.

Nunca nos demos por vencidos si sentimos que podemos seguir luchando.

Nunca le digamos a una persona que ya no la amamos si no podemos dejarla ir.

El amor llega a aquel que sabe esperar, al que está atento, aunque lo hayan decepcionado. A aquel que aun cree, aunque haya sido traicionado. A aquel que todavía necesita amar, aunque antes haya sido lastimado.

El amor llega para aquel que tiene el coraje y la fe para construir la confianza de nuevo.

El principio del amor es dejar que aquellos que conocemos sean ellos mismos.

No tratemos de anularlos con nuestra propia imagen, porque entonces solo amaremos el reflejo de nosotros mismos en ellos.

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