El ritmo de vida de hoy nos hace
ir veloz en todo… en el trabajo, en el trayecto, en llegar a casa, en hablar y de
tan rápido, muchas veces dejamos de pensar, dejamos de encontrar esos momentos para
la reflexión, esos momentos para “parar un poco”.
El "Ten paciencia”
al hablar es muy importante y, paciencia al juzgar lo es en gran medida, ya que
de lo contrario permitirás que tus energías se abalancen a condenaciones
calladas o habladas, ya que tú sólo ves apariencias y no los motivos que
generan la acción, que "instan" ciertas actividades de los
otros.
LA PACIENCIA ES MAESTRÍA. Los
inmaduros se abalanzan a expresarse, correcta o incorrectamente. Los maduros
muestran paciencia y se mueven en con tiempos desconocidos a la mayoría, son
los tiempos de la sabiduría.
Debemos usar la paciencia
antes de pronunciar el agudo reproche, de repetir el chisme carente de bondad; debemos
abstenernos de realizar acciones apresuradas impulsadas por la indignación “virtuosa”
o por nuestros intereses egoístas.
La paciencia hace tolerante al
hombre quién podrá crear la base de una hermandad en su entorno con toda
belleza, y con la seguridad de que soportará lo adverso, la condena y las
acusaciones.
La paciencia nos da tiempo para
ver lo que se nos presenta, y no siempre lo que se nos presenta es verdadero. Muchas
veces lo falso parece veraz pero no se sostiene en el tiempo y lo falso si nos
damos tiempo vemos sus inconsistencias y podemos dejarlo de lado.
La paciencia nos permite elegir
nuestra mejor acción frente a lo que se nos presente.
La paciencia filtra lo malo
frente a nosotros y nos permite elegir lo mejor que nos d la vida.
La paciencia nos ayuda a “andar
lento” para avanzar velozmente hacia una mejor calidad de vida.
No olvidemos que "andar
veloz" nos lo imponen aquellos que quieren controlarnos, aquellos que
quieren que NO pensemos nuestros actos, aquellos que quieren ser dueños de
nuestra vida.
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