miércoles, 17 de agosto de 2011

Que tal si para vivir comenzamos por:

- Vivir el hoy, dejando el pasando allá atrás habiendo sanado las heridas.

- Estar en nuestro centro, que es el ahora. Al estar centrados podemos escuchar la voz de nuestro interior, la intuición se potencia y manifiesta cada vez mas claramente, los aciertos son mayores, las sincronicidades se suceden y todo lo que deseamos llega a nosotros para nuestro bien.

- Lo que nos pasa afuera es un reflejo de lo que nos pasa en nuestro interior, somos continuos espejos de la realidad.

- Es necesario pulir una y otra vez nuestro interior. Los sentimientos que transforman la realidad son: la compasión, el perdón, la gratitud, el amor incondicional y la integración…la integración de todo lo que está afuera a través del amor.


Sólo experimentando lo que significa integrar de verdad a TODOS podremos colaborar eficazmente en hacer un poco mejor este mundo.


No alcanza con hacer decretos de abundancia, leer mensajes espirituales o repetir OM durante dos horas seguidas si después salimos y criticamos a nuestro vecino, despreciamos a nuestros hermanos, no respetamos a nuestros empleados o generamos divisiones entre unos y otros.


INTEGRAR es un acto profundo de amor incondicional donde el espíritu comprende que todo lo que existe sobre la tierra es parte del universo en evolución. No podemos desechar a nadie y no importa que tan elemental nos parezca. Nuestra tarea es llevar la conciencia hacia la integración y la unidad.


Ser muy espiritual puede ser un término antiguo y hasta no visto en su justa dimensión. Mejor sería ser muy buen humano en proceso de integrar el espíritu dentro del cuerpo. Digo que un muy buen humano aclara las dudas, pone luz a lo confuso… y la luz del espíritu hace evolucionar el cuerpo. El espíritu ilumina también lo que a veces no queremos ver y cuando nos lo muestra no tenemos que temer revisarlo porque el espíritu es siempre generoso y si lo mustra es porque tenemos que transitar ese camino.


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