domingo, 14 de agosto de 2011

Nuestro Aporte es Muy Valioso

La importancia que tienen las acciones de las personas en el mundo, es más de lo imaginable, y las decisiones que tomamos afectan a la totalidad.



En un mundo de más de seis mil millones de personas, es más fácil creer que la única forma de comenzar una transformación profunda es tomar medidas extremas. Tenemos que aprender a reconocer que cada uno de nosotros lleva dentro de sí la capacidad de cambiar el mundo en las pequeñas cosas, para bien o para mal.



Todo lo que hacemos afecta a quienes nos rodean y comparten nuestras vidas, y sus reacciones, nos afectan y a otros.



El efecto de una palabra aparentemente insignificante se transmite de persona a persona, su impacto crece y puede convertirse en una fuente de gran alegría, de inspiración de ansiedad o de dolor.



Cada pensamiento y cada acción son como piedras que caen en aguas tranquilas, provocando ondas para difundir y expandir a medida que avanzan hacia el exterior. El impacto que tienen en el mundo o que dirección toman, pueden tener consecuencias de largo alcance. Podemos utilizar el efecto multiplicador para hacer una diferencia positiva y que las ondas que se propaguen sean de bondad para que todo el mundo se beneficie.



Si llegara la oportunidad, el destinatario de una buena acción es probable que se sienta obligado a hacer una buena acción a alguien más. Alguien va a sentir los efectos de esa energía positiva que será más probable contrarreste la energía negativa.



Un acto de generosidad, una obra reflexiva, o un pensamiento positivo pueden pasar de una persona a otra y hacerse como una bola de nieve hasta convertirse en un movimiento de grupo o un rayo de esperanza que salva la vida de alguien.



Todo cambio tiene un punto de origen. Cada uno debemos creer en nuestra capacidad de ser ese punto de origen para difundir la bondad, o cualquier otro tipo de energía positiva.



Dar categoría al efecto de nuestros pensamientos y acciones, y tratar de actuar con gracia todo lo que sea posible es, realmente, una gran fuente de inspiración para manifestar el bien a nuestro alrededor.



Si sonreímos, nos sonrien. Si elogiamos, nos elogian. Si somos amigables, se hacen amigos. Si somos alegres… la alegria nos rodea. La realidad en donde nos movemos se transforma en un espejo nuestro… y somos nosotros quienes decidimos que queremos.



Tenemos el poder para tocar las vidas de todos los que entran en contacto con nosotros y las personas entrarán en contacto con otras a su vez, llevando esa energía transformadora más allá de nosotros. El impulso de tu influencia crecerá tanto como tus convicciones e irá adelante expandiéndose y llegando a lugares impensados.



Esas ondas podrán ser de amor, bondad, compasión, alegría, compromiso, y ganas de salir adelante como una sociedad unida.



Todo lo que pensamos así genera energía, y es transferible y puede transformar y propiciar el más alto bien para todo el mundo.



En esto, no hay que perder más tiempo… no esperemos más, y comencemos a enviar buenas ondas, seamos positivos, seamos con los otros como somos con nosotros mismos y un mundo como deseamos se irá construyendo a nuestro alrededor y será para cada uno, para nuestros hijos y para todos.



El amor es el único camino para allanar con honestidad desde nuestro corazón, y así, poder tocar las fibras más profundas de todo ser humano. Recordemos que tenemos el poder de cambiar y propiciar el cambiar a otros, para bien; nunca olvidemos el gran potencial que somos.



De lo que suceda, somos responsables… no hay excusas. Es cuestión de creer y actuar ahora. Después, puede ser tarde.



Manos a la obra y a abrir el corazón, nuestra escencia.


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