miércoles, 15 de abril de 2009

Confortablemente adormecido o…

Vivimos construyendo rutinas diarias que necesitamos para desenvolvernos día a día.

Muchas conductas son en automático y es cierto en muchos casos necesitamos que así sean para simplificar nuestra vida. Ya conocemos estas rutinas, nos resultan cómodas y tenemos las costumbres incorporadas. Pero...

¿Qué pasa cuando por mantenernos en esta zona cómoda, nos conformamos y por miedo a lo nuevo y/o al cambio no nos movemos de ese lugar?

Lo cómodo de quedarnos en lo seguro puede ser un refugio aparente que nos mantiene a salvo de algo ¿malo? que pudiese ocurrirnos por arriesgarnos a lo nuevo. Sin embargo, esta actitud tiene como contraparte algo oculto que pone en jaque nuestra autoestima y la posibilidad de ser feliz.

La comodidad de lo seguro arriesga y reprime aquellos anhelos que anidan en lo profundo de nuestro ser. Cuando nos conformamos con lo que tenemos y no hacemos nada por crecer, mostramos una aparente tranquilidad, albergando sentimientos de apatía y vacío en nuestro interior. Esto influye en todas las áreas de la vida, porque no tenemos disponible la energía para impulsar nuevas cosas en donde podamos desarrollar todo el potencial.

Nuestros sueños se expresarán tarde o temprano "pidiéndonos" que hagamos algo con ellos. Es un llamado ineludible desde nuestro interior que reclama que nos hagamos cargo de la vida desde un lugar diferente, aunque nos “hagamos los tontos” mirando hacia otro lado.

Lo de adentro nos genera una insatisfacción o desgano que muchas veces no sabemos de dónde viene y se muestra en el cuerpo con dolores de cabeza, fatiga y malestar general, entre otros.

Posiblemente estemos satisfechos con lo que tenemos y pero nada nos conformará realmente y es por eso nos llenamos de actividades para no sentir o pensar.

Alguna vez dije… me encanta mi trabajo y... gano mucho… pero no tengo tiempo para “gastarlo”.

A esto me refiero, a disfrutar de lo que hemos alcanzado, valorando y celebrando los logros con gratitud, y desde nuestro espíritu lleno lo impulsemos a conseguir nuestros sueños.

Los resultados que decimos queremos se produzcan en nuestra vida necesitan que hagamos un cambio en nuestra consciencia para que nos ayude a salir de esa zona que nos tiene atrapados aparentemente a salvo, para elegir y aplicar nuevas actitudes nos acerquen a lo que queremos nos ocurra y que aún no nos está pasando.

Y ¿Cómo producimos ese cambio? ¿Cómo nos damos cuenta que hacer? ¿Cómo se hace?

Lo más importante es aprender a mirar para adentro… aprender a dejar a un costado la “comodidad” de nuestra conducta vaga y comencemos a luchar por lo que soñamos con entrega y pasión.

No es fácil hablar con uno mismo… casi parece ¡de locos! y además, trataremos de engañarnos. Pero, que tal si tomamos lápiz y papel y hacemos una lista con lo que nos gustaría nos suceda en la vida, en distintas áreas (familia, pareja, trabajo, amistades, etc).

En la misma lista hay que escribir para cada cosa, que hacemos a favor y que en contra (seamos sinceros), destaquemos e incrementemos lo positivo y renunciemos (o intentemos reducir) lo negativo.

Ahora bien, ¿porque hay tantas cosas negativas o conductas “protectoras”? ¿A que le tememos?

Miremos cada cosa y tratemos de reemplazarlas por actitudes que nos ayuden con nuestros deseos, busquemos hacernos fuertes en agradecer todo lo que hemos logrado y concentremos nuestra energía en nuestros sueños… postergados.

Cuando consigamos trasponer la barrera de la comodidad nos sorprenderemos de todo lo que somos capaces de ser, hacer y obtener.

Siempre aparecerá algo de miedo en distintas circunstancias, pero no es nuestro enemigo. El miedo es quien nos hace fuertes.

Se dice que Valiente es el que tiene miedo pero sigue adelante. Si aprendemos esto, la vida es nuestra, seremos dueños de nuestro destino… y depende de cada uno

¿Entre que debemos decidir? ¿Cuál es la elección?

A.- Confortablemente adormecido
b.- Vivito y coleando


y cuando aparezca el miedo ¿que cara le mostraremos? La de A o la de B?

Depende de cada uno y podemos empezar cuando queramos

Inspirado en Ana C. Vera, www.anaceciliavera.com.ar

No hay comentarios: