A nuestra edad, después de casi medio siglo, el amor ya recorrió algunos caminos, doblo varias esquinas y opto en las encrucijadas.
El amor ya cerró, ya acertó, ya resbalo, ya se arrepintió e inevitablemente el tiempo se fue.
Se vivió el amor, se perdió, algunos por la mano de Dios (viudos/as), otros por el debilitamiento de la vida en pareja y en estos, cada uno íntimamente ha descubierto que pasó.
Hoy nuestra mirada en la dirección del amor es continua y más linda, porque en el largo camino de los sentimientos, aprendimos a sumar, a dividir y a multiplicar, sin disminuir en el conocimiento del sentimiento del amor.
El amor maduro llega despacio y se prolonga en nuestra vida, sin tiempo para terminar.
Es como una caminata de a dos, es mas serena, existe la complicidad, el cariño es mas espontáneo, ya no nos inhibimos frente al querer, la sintonía es completa y los recuerdos son depositados en el rincón de las nostalgias que guardamos de un tiempo que no volverá.
Enamorase a nuestra edad es llevar la ternura en la mirada, el brillo es mas intenso y el deseo de no equivocarse es mas fuerte.
Es la búsqueda de esa “damita” que lo es y sabe no serlo. Es el encuentro con respeto y faltándolo delicadamente.
Es la suma del querer y el encuentro de dos almas.
A esta altura de la soirée (como dijo alguien especial alguna vez) hacen a la pareja que uno y otro sepan luchar por su individualidad, que tengan la libertad para salir a volar y regresar responsablemente al nido, porque enriqueciéndose a sí mismos tendrán algo maravilloso que regalarse cada día a uno mismo y al otro.
El hombre será sensible para comprender los momentos en la vida de su mujer, pero suficientemente fuerte para darle ánimos y soporte para no dejarla caer.
La mujer será sensible para comprender los momentos de la vida de su hombre, que son diferentes a los de ella y le dará ánimo y soporte.
El otro, en esta nueva pareja, debe ser alguien a quien pueda respetar, partiendo del respeto ganado con el trato y el amor cotidiano.
¿Parece mucho? No, porque los dos valen mucho. Mucho han recorrido y aprendido.
Vivir en pareja es la alegría de la compañía, de la caricia tierna, de los besos todavía calientes, de las miradas insinuantes, cuando el deseo se manifiesta y la promesa en la mirada de que cada amanecer...
Al dar y al recibir, lo más importante es la intención. Y la intención es siempre crear felicidad para quien da y para quien recibe, porque la felicidad sostiene y sustenta la vida y, por tanto, genera abundancia... y así…
¡Será el día más bello entre dos seres que encontraron el amor!
Y el amor no es sólo amor en si, sino que se complementa con dar y recibir otras cosas que lo enriquecen y lo hacen pleno… dar y recibir libertad… dar y recibir respeto… dar y recibir confianza… dar y recibir alas para desarrollar nuestro camino sin condiciones…
Si a un amor le quitas libertad… lo ahogas
Si a un amor le faltas el respeto… lo rebajas
Si a un amor le quitas confianza… lo resquebrajas
Si a un amor le quitas alas… lo matas.
A los 40, con ambos con muchos caminos recorridos y ya maduros, estos aspectos son muy importantes en las nuevas parejas y en las que no lo son tanto ya que al amor hay que renovarlo todos los días… con sus noches.