lunes, 24 de marzo de 2008

Por soñar, puedes quedarte dormido!!!

Afortunados somos cuando amamos y nos aman, cuando quieres una casa y la tienes, cuando quieres un auto y lo tienes, cuando quieres un hijo y lo tienes, cuando quieres algo y… lo tienes.
Afortunados, tan afortunados que a veces pareciera somos dueños del genio de la lámpara quien adivina nuestros deseos y los hace realidad.

A veces así sucede y como la realidad no nos ocupa (de ella se ocupa el genio) comenzamos a soñar hacia delante y soñamos, vaya que soñamos!

Los sueños son propios, cada uno en una pareja tiene sus propios sueños a veces parecidos y otras no. A veces incluimos al otro y otras no.

A veces nuestra realidad se hace casi “independiente” de nosotros y no toma ni nos da energía y ponemos toda nuestra energía en proyectar algún sueño y lo hacemos nuestro proyecto.

Estos proyectos no siempre incluyen al otro (especialmente los profesionales) y al principio no lo tenemos en cuenta porque el otro está, nuestra realidad está, están en “piloto automático” y sólo agregamos algo nuevo.

A veces una pareja no sólo aceptará sino que alentará lo nuevo y hasta se sumará, si le dan lugar.

Y el sueño se hizo realidad y nos hace bien. A uno por conseguirlo y al otro por sentirse parte. Tal vez no por ser parte activa sino por haber tomado la posta en otras cuestiones que el “realizador” no podía hacer.

A veces una sucesión de sueños hechos realidad por una parte de la pareja suele traer algunos conflictos que según sean tratados serán leves o serios.

A uno vivir los logros del otro como propios puede hacer relegar los propios y perder identidad. Al otro reconocer los propios logros como exclusivos puede hacer pensar que el otro solo consume la energía que podríamos destinar al proyecto y hace que en un tiempo decida seguir adelante solo.

Dicho esto muy rápidamente, cada quien tiene sus tiempos y realidades que hacen una decisión más rápida o más lenta.

Cuantas veces nos han dicho en nuestras vidas que podemos con todo reto se nos presente, que sólo tenemos que dar el primer paso?

No está mal esa afirmación si la tomamos como apoyo y no al pie de la letra. ¿Cuál es el problema de necesitar de otros para vivir?

Cuando decidimos que podemos solos y ponemos todo en el proyecto sin notarlo entramos en una carrera hacia el stress.
Comenzamos a sentir que el día no alcanza, sentimos cada vez más tensión en lo que nos daba placer, cada vez es más difícil encontrar momentos de relax y comienzan los problemas para conciliar el sueño. Perdemos la paciencia fácilmente y somos más intolerantes.

Comenzamos a exigir, comenzamos a negociar. En una pareja no es te doy esto a cambio de aquello. En una pareja no se negocia, se da. En una pareja es, te doy y punto.

En tensión podemos pensar que si damos nos quedamos sin nada, pero no hay que olvidar al otro que también nos da. Si ambos dan todo, ambos reciben todo.

Pero, soñando y soñando tanto dormimos a la relación. A la relación que era motor de todo, de nuestra realidad, de nuestros sueños. Y nos dormimos nosotros.

Los sueños se hacen pesadillas y nos oprimen, dejamos de dar para exigir recibir, y nos ponemos violentos y dejamos de escuchar y dejamos de hablar y comienza a doler el otro. Y no queremos o no podemos ver que pasa, y comenzamos a ser vulnerables, permeables. El otro deja de ser nuestra pareja para comenzar a ser el enemigo y lo tratamos como tal.

Se interrumpe la comunicación, dejamos de escuchar al otro y dejamos de hablarle, el teléfono deja de funcionar.

Hoy por hoy hay mucha oferta, telefonía fija, de larga distancia, móvil, por Internet, satelital y según en quien tengas depositada tu confianza cualquiera de ellas será mejor a la que tenias y puedes decidir por alguna otra.

Hay quien conserva la línea vieja mientras prueba lo nuevo y, hay quien cancela el contrato con la que nos defraudo y tomamos en comodato un móvil o algo que pensamos nos dará lo que necesitábamos.

No hay garantías que lo nuevo será mejor, si será diferente pero eso diferente puede darnos lo buscado o no y si no es así, ¿Qué hacemos?

Podemos elegir seguir adelante cambiando cada tanto de compañía hasta encontrar la que nos de lo que buscamos o, volvemos a la primer compañía (que no era tan mala después de todo) y, ahora, tal vez con la perdida del "cliente" incorporó nueva tecnología y nuevos beneficios que la podrían hacer más interesante.

Ahora dependerá de cada quien, de cada historia, de como son ambos. No debe haber pasado, sin reproches, sólo presente.

Una u otra elección no es verdaderamente importante, lo importante es aprender que no está mal soñar, lo que está mal es quedarse dormido. Si se aprendio esto la desición estará bien.

Para no quedarse dormido hay que permanecer alerta, espectante. Sin tensión y comenzar a utilizar la inteligencia emocional que va más allá de lo que podemos ver.

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