sábado, 15 de marzo de 2008

La risa y yo

Yo era un tipo feliz, tenía TODO. Todo lo que quería y quería mucho. Materialmente nunca fui ambicioso, talvez porque desde ese lado nunca tuve carencias.

Tenía una vida muy linda, pero muy linda. Tenía una bella amiga-novia-compañera-esposa (en el más amplio significado de bella), un trabajo piola que no me exigía demasiado (70% era en piloto automático), tenía algunos pocos buenos amigos, una linda casa (que era expresión de la relación con mi compañera), tenía un pasado que se hacía presente sólo con lindos recuerdos, y tenía una gran esperanza por lo que vendría. Así era mi vida, y la risa me acompañaba.

Hace como 2 años me abandonó. No puedo descubrir porque la risa se fue. No sé quien se la llevó.
Se que la extraño, que me hace falta.

Tengo una hija de 3,5 años que hace que la risa toque mi puerta y la dejo entrar. Pero no se queda, al rato otra vez se va. Parece que aun no soy un buen lugar para habitar.

Mucho leí y aprendí todo lo buena es la risa, que saludable es y además recuerdo que bien me sentía cuando me acompañaba.
Pero no importa todo lo presente que tengo esto, la risa hoy me esquiva.

Quizás aun no tengo un buen lugar para ella. Algo tengo que cambiar, no afuera sino dentro de mí. Mucho cambié realmente, pero aun no lo suficiente.
Algo que aún no resuelvo, algo atravesado hay, algo muy profundo a lo que aún no me animo.
Mientras tanto sigo buceando dentro de mí y en algún momento encontraré lo que busco y estaré completo. Completo con un presente grande, un pasado de recuerdos sin dolor y con la esperanza renacida por lo que vendrá.

Hoy es un deseo y mañana, espero, sea mi realidad.

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