sábado, 16 de febrero de 2008

La vida es in-definida

Tenemos la tendencia a definir y clasificar todo y de ésta manera creemos simplificarlo.
Porque y como lo hacemos?
Porque cada día asumimos y hacemos más cosas para “sentirnos” vivos, así lo exige nuestra mente egoísta a quien permitimos nos gobierne y, así hacemos cosas que seguramente desde el corazón no haríamos.


La mente egoísta necesita movimiento, cambio, desafío constantes para alimentarse y permanecer viva, sin esto desaparece.
El corazón, en cambio, es sereno busca lo cambiante en lo que “no cambia” en lo inmutable y así disfruta el cambio donde nuestra mente no lo encuentra.
A primera vista, los desafíos de la mente son más complicados que los del corazón, entonces ponemos más energía en lo primero y “descuidamos” lo segundo. Por esto tendemos a simplificar nuestra vida y si nos queda tiempo nos dedicamos a ver que nos pasa.


Como simplificamos nuestra vida?
Lo hacemos clasificando, definiendo las cosas que hacemos a diario y las archivamos y dedicamos el resto del tiempo a buscar nuevas cosas, nuevos desafíos … no olvidemos que hay que darle de comer al ego.
Por ejemplo: El trabajo…más o menos es siempre igual, entonces lo definimos, lo clasificamos y lo ponemos en piloto automático. A otra cosa. Cuando me aburra de esto busco otro trabajo y listo.


Que hacemos habitualmente los fines de semana? Un fin de semana con los suegros, otro con los padres, otro con algunos amigos y el que queda para nosotros ….Solucionado y lo ponemos en piloto automático.
Que hacemos con nosotros? Yo le amo, ella me ama, nos amamos. Listo solucionado. Piloto automático. A otra cosa.

Están de acuerdo? Que les parece? Es así o estoy muy lejos de la realidad?

En gran medida es así, y no es bueno porque es un atentado contra nosotros y contra todo lo que nos hace bien.
Todo esto es producido por la mente egoísta que como no entiende a las emociones, las clasifica y archiva. A las emociones no hay que entenderlas, hay que sentirlas, hay que vivirlas.

Entonces,
¿que podemos hacer para encontrar alguna solución a nuestra vida?

Para el trabajo, desclasificarlo y empezar a buscar las pequeñas cosas por las que lo elegimos, que lo hacen único y atractivo para nosotros y no será aburrido y no tendremos la necesidad de cambiarlo por esto último. Recuerdan que el entrevistador normalmente pregunta porque quiere dejar su actual trabajo? Una respuesta habitual es “porque me aburre”, eso mismo sucederá con el nuevo trabajo en poco tiempo y posiblemente no consiga ese nuevo trabajo. Es mejor buscar lo nuevo en el “viejo” trabajo que encontrar lo “viejo” en el nuevo empleo.

Y los fines de semana? Lo mejor que nos puede suceder es llegar al viernes y preguntar al otro …¿Qué te gustaría que hagamos? Y así disfrutar de lo nuevo y habremos incorporado al viernes y ya estaremos disfrutando eligiendo un paseo, ir al cine, a comer fuera, a casa de amigos, disfrutando el mirarnos a los ojos y escuchando al otro que quiere hacer y diciendo al otro que queremos hacer … comunicando lo que queremos, dejando salir lo que sentimos.


Y nosotros? Clasificamos y archivamos nuestro amor !!! Así se enmohece y llena de polvo, así desaparece. Lo que era divertido se hace aburrido y buscamos cambiarlo por otro. Esto será una solución momentánea porque en la nueva relación o no encontramos lo buscado o se repite la historia excepto que nuestra mente haya verdaderamente dado paso al corazón.
El amor en una pareja es lo más cambiante e inmutable que existe en este mundo. El amor es rico y lleno de matices, sólo tenemos que dedicar un poquito cada día y disfrutarlo. Lo distinto está hasta en lo ínfimo y, esto reconstituye.
El amor es como los amaneceres, todos los días sale el solo, pero todos los amaneceres son iguales y diferentes. Haz visto dos amaneceres iguales? Seguro que no, cada uno tiene más o menos nubes, más o menos viento, más o menos ruidos, etc. Iguales y diferentes al mismo tiempo … acá está la magia.
Tenemos que llevar esto mismo al amor y buscar lo diferente, esperar que sea siempre diferente y disfrutar todos los días lo que cambia y permanece inmutable.

¿Te haz dado cuenta que tanto vos como yo podemos hacerlo?

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