lunes, 16 de marzo de 2009

Vos, yo y el sexo y… los años

Este tema era algo que me tenía bastante inquieto, más por como encararlo que por lo tabú que podría resultar para algunos... aunque en estos tiempos...

Que es el sexo?

Mucho podríamos decir e irnos por las ramas, pero la pregunta está enfocada a que es el sexo como relación con el otro y con uno mismo.

¿Te preguntaste como es este tipo de relación en tu vida?

Si tienes pareja, ¿Cómo es en éste aspecto? ¿Estás conforme o quieres más? … o menos?

Cada pareja tiene su propia historia, presente y futuro pero, en general, podemos trazar cierta similitud al decir que al inicio de la pareja hay una efervescencia sexual en donde ambos sienten una poderosa conexión y el contacto es frecuente, intenso y rico por la novedad de ir conociendo al otro.

Mientras la pareja crece, otras cosas van tomando lugar y la relación se modifica en todos los aspectos que la componen. Aparecen nuevos hábitos, reglas y necesidades que antes no se tenían en cuenta.

Esto nuevo comienza y se hace casi siempre de la misma manera y la rutina oxida la relación convirtiéndo en tarea lo que antes era placentero. Esto sucede porque al principio la pareja es de 2, y cuando la misma crece incorpora a familiares, llegan los hijos y las tareas y eventos sociales reducen el tiempo de intimidad, de comunicación entre los dos integrantes originales.

Ya sabemos cuanto nos cuesta realizar lo estipulado y, de a poco, sucede que dejamos de tocarnos y nos dedicamos a full a nuestro trabajo o a otras actividades en las que procuramos encontrar la “diversión” perdida.

Cuantas veces sucede que uno de los dos llega con ganas de "estar tranquilo en casa" y el otro lo recibe con... "que suerte llegaste! te acordás que hoy vamos al cumpleaños de NN?...

Casi diría que muchas personas consideran “normal” así sea y lo toman con calma y otros
optan llevar vidas paralelas y las sostienen en el tiempo ignorando la realidad buscando "romper la rutina" y vaya que lo consiguen... si hasta rompen su vida tambien!

Algunos intentan recrear los encuentros con su pareja introduciendo algunas variantes pero en general el resultado no termina siendo satisfactorio por no ser espontáneo.

Y entonces, ¿Qué hacemos? O mejor aún, ¿Cómo hacemos?

Qué y Cómo…

Qué hacer… muy simple… relajarse, pisar el freno, bajar un cambio. Tratar de encontrar el modo de reducir la velocidad de nuestra vida. Tratar de aprender a ir rápido o lento sólo cuando nos conviene.

¿Como hacerlo?

Una forma de hacerlo es aprender a, cuando salimos del trabajo, no correr buscando tomar el autobús o el tren (o lo que sea nos lleve a casa) sino hacerlo de la manera más tranquila posible.

Si fuese posible leer el periódico y si no escuchar a Mozart en su verdadero ritmo.

El tiempo que nos lleve el regreso puede ser suficiente para que lleguemos a casa con mejor ánimo y aportar en lugar de demandar. Seguro es que la pareja esto lo percibirá y responderá de igual manera.

De éste modo, lo que suceda en casa será desde otro lugar y con otro espíritu.

¿Cómo hacemos?

Imagína por un momento como sería llegar a casa y con vos suave decir” hola amor, como te extrañé (en medio de un cálido abrazo y rozando sus labios)”

Prueba con esto y notarás que ciertas cosas comenzarán a cambiar…


Ya relajado, y en clima de hogar, la charla serena y amorosa tendrá lugar y se despertarán nuestros sentidos (esos que creíamos dormidos o en desuso) y la relación “acomodada” dará lugar a una relación nueva y diferente que será una sabrosa mezcla de los inicios con la experiencia de la madurez…

¿puedes imaginar como será?

Yo sí…y veo claramente la diferencia entre el sexo rapidito para cumplir porque mañana hay que levantarse temprano y hay un millón de cosas por hacer y que seguramente las horas de sueño serán entrecortadas e, ir a la cama tranquilamente entre caricias, besos y abrazos que nos “ocuparán” un tiempo de encuentro único que después (con los cuerpos cansados) nos regalarán maravillosas horas de sueño continuo y reparador haciendo que al despertar lo hagamos con un ánimo mejorado.

Esto sólo es una manera, cada pareja puede encontrar la propia forma de “Qué y Cómo” y lo mejor de todo es que para esto no hay que ponerse de acuerdo… la decisión puede ser de uno… y el otro en poco tiempo (si está envuelto en la vorágine diaria) sentirá los beneficios y se unirá en esto.

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