sábado, 26 de julio de 2008

La inocencia perdida

Nacemos perfectos, intuitivos, ávidos de conocer lo que nos rodea, el mundo.

Aprendemos de nuestros padres, de los cercanos y poco a poco, en un acto único e inconsciente ellos nos van minando la vida imponiendo el pasado y futuro condicionando nuestro presente.

¿Cómo? Con la educación que nos dan creyendo es lo correcto, sustituyendo lo valioso y significativo que traemos desde la cuna por crueldad, chantaje, violencia y deseo de dominación.

A la sociedad le favorece la pérdida de la inocencia, le favorece estemos divididos, en conflicto con nosotros mismos, en la elección de lo que sentimos está bien y en lo que nos dicen está bien.
Divididos luchamos contra nosotros mismos y ahí es cuando perdemos y nos dominan. Dejamos al individuo minado y perdemos la dignidad.

Luchamos contra nuestra naturaleza por los condicionamientos sociales, el que dirán.

Aprendemos a condenar el placer, el no ser serio. Condenamos ser juguetón!!!

Y aprendemos a vivir del pasado, haciendo memoria, dinamitando el presente y sus posibilidades infinitas.

Quien es libre del pasado es libre para vivir su presente y automáticamente es liberado de los condicionamientos del futuro ya que éste es la proyección del pasado.

Por las ambiciones de nuestro pasado es que proyectamos un futuro que las satisfaga y lo transformamos en nuestro refugio. Entonces nuestro presente se diluye en pasado y futuro perdiendo la realidad posible de vivir intensamente.

En el futuro pensamos que el presente es malo porque sufrimos terriblemente entonces, para evitarlo lo ignoramos concentrándonos en metas lejanas.

Lo más probable es que nunca alcancemos esas metas lejanas y nos hacemos adictos a ambiciones y metas que no son más que el futuro y lo que debemos vivir es nuestro presente.

Ahora, como buscamos la verdad? o lo que es lo mismo, como buscamos el presente?

No entrando en conflicto con nuestra naturaleza, ni con la existencia y todo el sufrimiento, toda la tensión, la angustia y la ansiedad desaparecen.

El amor brota de nosotros naturalmente pero, ¡cuidado! la sociedad dice "el amor es ciego" y no debemos escucharlo. Nuestro corazón dice que "amor es todo, es el inicio, el durante, el fin".

Con el amor somos, ni "fuimos" ni "seremos". SOMOS.

Si así no es, entonces nuestra cabeza y corazón entran en lucha, no están juntos, y este es el problema.
La cabeza llena de lo externo trata de imponerse al lo que dice lo interno, a lo que dice el corazón que es lo único que nadie puede contaminar ni distorsionar.

Nuestra única esperanza es escuchar a nuestro corazón y seguirlo y, nuestra vida se transformará en un andar dichoso.

Este andar dichoso es encontrar el camino para ir desde la cabeza al corazón, de la lógica al amor, del ego a la autoestima, de estar separados a estar fusionados al todo.

Y el "todo" es la verdad, lo divino y lo bello de este mundo.

El todo es nuestra naturaleza, nuestra inocencia, y es lo que nos hace inmaculados.

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