domingo, 20 de julio de 2008

Como te lo digo?

En la vida todo lo que existe a nuestro alrededor fue creado por nosotros, consciente o inconscientemente. Somos personas dotadas de voluntad y consciencia, y a través de ellas tenemos el poder de crear. Eso nos hace diferentes del resto de los seres en la naturaleza.

Idealmente ejercitamos nuestra voluntad de manera consciente para emplear nuestra capacidad creativa, y construir el mundo que deseamos y merecemos. Y allí se encuentra ese pequeño detalle que hace la diferencia en nuestras vidas, en este caso es la consciencia que tenemos de lo que merecemos recibir mientras completamos nuestro pasar por este mundo.

Esto es algo básico, está muy arraigado dentro de nosotros, y está estrechamente ligado a nuestra estima. La vida es nuestro espejo, y no nos da a cambio más que aquello que nosotros podemos ver en nosotros mismos.

Nuestra consciencia de merecimiento tiene que ver con nuestras creencias fundamentales, y tiene su raíz en lo que creemos que somos. Si, es correcto en lo que creemos que somos, y no lo que realmente somos.

Origen
Tal vez se pregunte ¿Cómo puede una creencia ser más importante en nuestras vidas que la realidad?. Esto es muy sencillo, como lo dijeron los griegos una vez: "Pienso luego existo".

Esa sencilla frase encierra una inmensa verdad, expone el concepto de nuestra capacidad de construir nuestra realidad por medio de nuestros pensamientos. Por esto, para cada uno de nosotros, los pensamientos que alberga nuestra mente son más importantes que la realidad, porque la preceden.

Los pensamientos construyen realidades y así como pensamos, somos.


De esto podemos comprender porque donde nos encontramos en la vida actualmente, y la manera como nos desenvolvemos en esta, es el resultado de las creencias que una vez elegimos albergar sobre lo que merecemos obtener a cambio de la vida.

Si, a cambio, recordemos que la vida es nuestro espejo y siempre nos devuelve lo que ponemos en ella, y solo podemos darle a la vida de lo que tenemos. Recordemos que nadie puede dar lo que no tiene.

¿Estamos a gusto con lo que recibimos a cambio de la vida?, si no lo estamos tenemos que preguntarnos ¿Qué le estamos dando a la vida?, y principalmente ¿Cómo lo estamos haciendo?.

La actitud que asumimos ante la vida es tan importante como lo que hacemos en ella. Se trata de calidad en vez de cantidad, y nuestra actitud y calidad de acciones están directamente relacionadas con la autoestima.

Autoestima
Cuando tenemos nuestra autoestima en alto sientimos que nos merecemos lo mejor que la vida tiene para ofrecer, y el sentir que merecemos lo mejor, y poder disfrutarlo, aumentan nuestra autoestima.


Desde el Amor que nos tenemos definimos cuanto valemos, y lo que creemos que valemos nos hace sentir a cuanto tenemos derecho en la vida, o lo que merecemos.

Por derecho tenemos a nuestra disposición toda la Paz, Amor, Bienestar, Salud y Prosperidad que estemos dispuestos a aceptar. Pero ¿Cómo conectarnos con lo que nos ofrece la vida?, ayuda comprender como nos relacionamos con la realidad de la vida, como percibimos la Verdad, el Amor y la Energía que hay en ella.

Verdad
Es importante estar ubicados en tiempo y espacio, conectarnos con nuestro presente en el aquí y ahora. Para comenzar hasta el más pequeño camino es necesario tener un punto de partida, y así poder trazar el curso a seguir.


En este caso se trata de saber quién somos en realidad, somos quien creemos que somos, o somos lo que realmente somos. Para descubrir esto podemos ayudarnos buscando limitaciones a nuestras definiciones, si encontramos alguna, entonces no es verdadera, lo que realmente somos no conoce límites.

Una vez que conocemos la vedad de quien realmente somos, la verdad en si misma pasa a formar parte de nuestras vidas. Y a partir de allí hablamos desde la verdad, quienes se dirigen a nosotros pueden hacerlo desde la verdad, y actuamos siguiendo la verdad.


Al conocer y aceptar la verdad que la abundancia es nuestro derecho, nos sentimos merecedores de ella. Entramos en contacto con la realidad de la vida, y somos capaces de percibir el Amor que hay en ella.

Amor
El amor es la fuerza que mantiene unido a la humanidad.


Se trata de permitirnos que el Amor se haga presente en nuestras vidas. De sentir que lo merecemos, y amarnos lo suficiente para darnos permiso de tenerlo. El Amor está allí, existe, pero necesita de nuestro permiso para manifestarse en nuestras vidas.

Si aprendemos a amarnos por lo que realmente somos, y compartir ese Amor de manera desinteresada, cualquier cosa se convierte en una posibilidad que podemos emplear nuestra energía para crear, porque sentimos que lo merecemos.

Energía
Al conocer la verdad de quienes realmente somos y aprender a amarnos por lo que somos, nos volvemos conscientes que estamos viviendo en un mar de energía, y que es esta energía la que nos mantiene vivos al respirar.


Esto nos despierta a un nuevo nivel de percepción en el cual nos volvemos conscientes que por medio de nuestras convicciones hemos estado dirigiendo esa energía a crear lo que es nuestra vida.

Nos damos cuenta que de alguna manera siempre estuvimos conectados emocionalmente con lo que considerábamos era cierto en nuestras vidas, y dirigíamos la energía para expresar eso que creíamos que merecíamos.

Esta Energía vital y creativa permite de la Verdad y el Amor sean uno en nuestras vidas, y esto nos pone en contacto directo con la vida, y nos hace sentir merecedores de todo lo mejor que tiene para ofrecer.


Cuando la Verdad y el Amor se integran en nuestras vidas, y nos armonizamos con ellos desde nuestra consciencia de lo que merecemos, podemos emplear nuestra voluntad consciente para dirigir la Energía creativa a manifestar la realidad que deseamos y merecemos.

Lo merecido llega
Cualquier cosa relacionada con la conciencia necesariamente está en actividad, y al ponernos en contacto con esta se activa un sistema el cual nos hace actores del proceso.
Estos procesos existen para establecer equilibrio en nuestras vidas, y comprenderlos nos ayuda a facilitar que nuestra consciencia de lo que merecemos se convierta en abundancia y prosperidad en nuestras vidas.

Experimentar el contacto con la vida, y la integración de la verdad y el amor en nuestra vida por medio de la energía, nos despierta a un nuevo nivel de consciencia en el que, además del merecer, nos ponemos en contacto con la intuición, y a través de ella nos volvemos concientes de cómo funcionan los procesos por medio de los cuales manifestamos nuestra realidad.

La manera más sencilla de permitir que nuestra consciencia de merecer se traduzca en abundancia y prosperidad, es actuar coherentemente, sincronizar nuestros pensamientos, palabras, emociones y acciones.


Esto se logra fácilmente cuando al percibir la inspiración que brinda nuestra intuición, procedemos a asimilarla tan pronto como podamos, para poder expresarla de la manera más fiel posible, mediante acciones que beneficien a todos.

A partir de ese momento, desde la conciencia de merecerlo todo, podremos elegir que deseamos manifestar en lavida, sea prosperidad financiera, bienestar emocional, o lo ... que.... sea. Y lo mejor es que no tendremos que elegir, podrá tener tanto como creamos merecer.

De aquí en más, al hacer lo que decidamos hacer, hay que hacerlo de corazón y con convicción.


Los resultados tal vez nos sorprendan.

No hay comentarios: