martes, 16 de octubre de 2012

Paciencia, ¿Para qué?

El ritmo de vida de hoy nos hace ir veloz en todo… en el trabajo, en el trayecto, en llegar a casa, en hablar y de tan rápido, muchas veces dejamos de pensar, dejamos de encontrar esos momentos para la reflexión, esos momentos para “parar un poco”.

El "Ten paciencia al hablar es muy importante y, paciencia al juzgar lo es en gran medida, ya que de lo contrario permitirás que tus energías se abalancen a condenaciones calladas o habladas, ya que tú sólo ves apariencias y no los motivos que generan la acción, que "instan" ciertas actividades de los otros.
LA PACIENCIA ES MAESTRÍA. Los inmaduros se abalanzan a expresarse, correcta o incorrectamente. Los maduros muestran paciencia y se mueven en con tiempos desconocidos a la mayoría, son los tiempos de la sabiduría.

Debemos usar la paciencia antes de pronunciar el agudo reproche, de repetir el chisme carente de bondad; debemos abstenernos de realizar acciones apresuradas impulsadas por la indignación “virtuosa” o por nuestros intereses egoístas.

La paciencia hace tolerante al hombre quién podrá crear la base de una hermandad en su entorno con toda belleza, y con la seguridad de que soportará lo adverso, la condena y las acusaciones.

La paciencia nos da tiempo para ver lo que se nos presenta, y no siempre lo que se nos presenta es verdadero. Muchas veces lo falso parece veraz pero no se sostiene en el tiempo y lo falso si nos damos tiempo vemos sus inconsistencias y podemos dejarlo de lado.

La paciencia nos permite elegir nuestra mejor acción frente a lo que se nos presente.

La paciencia filtra lo malo frente a nosotros y nos permite elegir lo mejor que nos d la vida.

La paciencia nos ayuda a “andar lento” para avanzar velozmente hacia una mejor calidad de vida.

No olvidemos que "andar veloz" nos lo imponen aquellos que quieren controlarnos, aquellos que quieren que NO pensemos nuestros actos, aquellos que quieren ser dueños de nuestra vida.

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