Yo Soy Vos

Amigos, en un punto interno intuimos que el amor es la ley fundamental en que se basa nuestra vida, permanentemente buscamos el amor, en forma mundana o en forma profunda, según el grado de evolución.

Al principio caemos en la ignorancia de los sentidos, creyendo que eso que vemos afuera, es algo separado y diferente de nosotros, y enseguida empezamos en esa pequeña amnesia a negociar nuestros días, viendo con cual de esas formas hacer tal o cual cosa, a cual creemos amar, a cual creemos detestar, con cual queremos tal o cuál cosa.

Opinamos, juzgamos, creemos que nuestra mente que se nos ha hecho real, sabe lo que piensa y sobre quien lo piensa, y así en ese juego adormecido, se nos va la vida, día tras día, seguimos prisioneros de la irrealidad, sufriendo además la irrealidad mental de las otras partes de nosotros mismos, que también cayeron prisioneras de algunas reglas del juego, y no logran recordar eso, que es solo un juego, para ir superando las etapas de lo que no somos y después entrar de pleno en el disfrute de volver a recordar lo que somos, lo que siempre fuimos, lo que no podemos no ser, lo que es nuestra única realidad, y naturaleza: el alma, lo universal, energía y amor.

Somos amor, nada mas ni nada menos que eso, amor, y las otras formas allí aparentes, son también nosotros mismos, creaciones que hemos hecho, para que cuando cumpliésemos el ciclo del recuerdo, nos disfrutáramos cada vez mas, cuidáramos cada vez mas, nos abrazáramos cada vez mas, y tratáramos con toda la amabilidad, la dulzura, el respeto, la alegría, de que somos capaces.

Sólo se trata de amarnos a nosotros mismos cada vez más y mejor, en las distintas formas de nosotros mismos y esas distintas formas te incluyen a vos y a cada quien que nos rodea. Claro que a todos por igual no, pero sí en como nos reflejamos en ellos y como es que nos metemos dentro del otro…

Somos lo mismo, nos amamos en el cuerpo de cada uno de nuestros seres amados.

Uno crea y es creado por el otro, somos lo mismo, con formas diferentes y con los nombres que la mente pone. No es maravilloso que nos podemos amar tanto con tantos al mismo tiempo, en distintos roles de la misma energía de la cual todos somos creados!...

Todo cierra en forma clara, el otro no sólo es nuestro maestro, puede ser una fuente inagotable de amor, y de aprendizaje de la unidad en la diversidad… y cuanto más distinto a mi eres más te amo porque más puedo aprender de vos.

Estamos despertando al estado que es nuestra verdad, ese amor que sana, ayuda, eleva, completa, purifica, es un tesoro, y es para expresarlo, sentirlo y compartirlo.

Ayudémonos uno al otro a recordar cuando nos estamos olvidando, y la mente parece que nos domina, estemos ahí, con amor, uno para el otro, nos lo recordamos con dulzura, con humor, con alegría.

Nos importa tanto el otro, porque el otro somos nosotros… es nuestro espejo, no hay más diferencia cuando se sabe, y ahora lo sabemos, algunos tardamos más tiempo en comprender esto… en el amor que somos.

Miren el planeta, la gente no se ama, no lo sabe, no puede, cuando cree que se ama lo hace desde la mente, desde el ego, y son amores efímeros, con su consiguiente dosis de auto-destrucción, porque cuando uno daña al otro, eso sólo vuelve sobre uno mismo, porque somos ese otro, el otro es nosotros.

Cada vez que algo nos duela en nuestra vida es sólo la falta del amor que somos, si nos ponemos a amar enseguida, se va el sufrimiento y entra la dicha, la dicha mayor que todo lo que el mundo en su irrealidad promete.

La dicha de ser, y el amor es un reflejo de la plenitud que hay en nosotros como derecho y esencia natural.

Lo que nos pasa es una proyección de la mente, entonces nuestros mundos son tan feos o tan bellos como nuestra mente…. Pero y si lo que nos pasa es por reflejo de otros?... entonces la solución de eso será como tu eres… simplemente.

Recuerda por un momento todos los problemas que haz tenido como los resolviste?
No fueron más fáciles de resolver cuanto mejor era tu ánimo? Y tu ánimo no es más que una de las caras de cómo estás…

Aprendamos a manejar nuestras mentes con discernimiento más claro, y cuando el discernimiento parezca esfumarse un rato, soltémonos y ya con eso será suficiente, lo demás es puro cuento.

Todas las personas de nuestra vida son sólo una excusa con nombre y forma para que nos amemos en cada una de las maneras que somos, y con nuestra inteligencia superior decidimos durante un rato jugar el juego de la separación del vos y yo, la maravilla, es que ya recordamos como unirnos, y podemos hacerlo en este preciso instante.

Las palabras son mínimas al lado del amor que se siente.