jueves, 25 de noviembre de 2010

Cuando la vida parece nos da la espalda...

A un mes de fechas muy especiales para muchos de nosotros y cuando se aprovecha para hecer un "balance" del año solemos encontrarnos especialmente sensibles...

Cuando sentimos frío: Pensemos en el sol radiante que ya nos ha calentado.

Cuando suframos una derrota: Recordemos nuestros triunfos y los logros.

Cuando necesitemos amor: Revivamos las experiencias de afecto y ternura. Recordemos lo que hemos vivido y de lo que hemos dado con alegría. Recordemos los regalos que nos han hecho, los besos que nos han dado, los paisajes que hemos disfrutado y cuanto nos hemos reído.

Si esto hemos tenido es seguro que lo volveremos a tener y lo que hemos logrado, lo podremos volver a ganar.

Alegremonos por lo bueno que tenemos y por lo que tienen los demás.

¡A la basura con los recuerdos tristes y dolorosos, no te lastimes más!

Pensemos en lo bueno, en lo amable, en lo bello y en la verdad.

Por un momento, recorramos nuestra vida y revive todo momento en donde haya bellos recuerdos y emociones sanas y vívelas otra vez.

Visualicemos aquellos atardeceres que nos emocionaron.

Traigamos al presente aquella caricia espontánea que se nos dio.

Disfrutemos nuevamente de la paz que ya tuvimos, pensemos y vivamos el bien y "en el bien".

En nuestra principal herramienta, la mente, están guardadas todas las imágenes. Y solo cada uno de nosotros decidimos cuáles volveremos a mirar...

Discriminemos todos esos recuerdos y aprovechemos todos los buenos, esos que nos hacen bien... esos que hacen que la vida valga de ser vivida.

En cada uno de nosotros está la llave... sólo tenemos que ir por ella!

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