lunes, 9 de abril de 2012

Muchas veces somos rebeldes...

En realidad más que rebeldes lo que nos pasa es que nos revelamos a ciertas cosas injustas que nos rodean…

De lo que nos rodea, lo que más nos agobia o indigna es lo que más cerca tenemos y no podemos modificar…

Podríamos decir, del trabajo, de algunos compañeros, de injusticias diarias… de lo que pasa en la tele…de los hijos… de los padres… de… de… en fin… por donde miremos seguramente encontraremos una y mil razones para revelarnos.

En realidad para esta cuestión lo importante es hacernos una única pregunta que podrá definir si le damos “pelota al asunto” o lo desechamos por no poder hacer nada para cambiarlo.

La pregunta es: ¿Mi rebelión hacia esto hará que esto cambie en la dirección que me interesa? Si la respuesta es SI, me rebelo. Si la respuesta es NO, archivo el tema y lo esquivo de la mejor manera posible de manera que me afecte lo menos posible.

Cualquiera sea la respuesta traerá como consecuencia que habrá paz en mi. Esto es porque no habrá censura hacia mis actos por el más severo crítico que soy yo.

Si recordamos que “La paz empieza conmigo.” Será que debemos dirigir nuestros actos en función de ese gran objetivo.

Trataremos de buscar dentro de nosotros deudas, errores o bloqueos en nuestro subconsciente que hace que se repitan como problemas, juicios, y todo tipo de inconvenientes. Los bloqueos son internos.

Encontrado esto dentro de nosotros debemos decirnos “Lo siento, por favor perdóname por lo que sea que esta pasando en mí que causa esta experiencia de ésta forma en el mundo”
Tomando la responsabilidad al 100%.

Cuando tomamos la responsabilidad al 100% de lo que pasa en nuestras vidas, estamos básicamente diciendo “Soy 100% responsable, el problema está dentro de mí, y me gustaría convertir lo que sea este recuerdo, deuda, bloqueo, error o problema, en nada”.
Y cuando lo conseguimos, regresamos a nuestro estado original que es Paz o claridad.

Solo cuando tenemos claridad podemos vislumbrar soluciones, sentirnos con inspiración y todo comenzará a ser perfecto para nosotros o, al menos, mucho mejor.
Sólo necesitamos mirarnos.

A medida que aprendemos esto, todo comienza a enderezarse y las cosas mejoran y todo parece desarrollarse en más armonía. Es que la Paz se hizo nuestra.

Buscar afuera de nosotros para resolver los problemas del mundo no funciona nunca. Si funciona el cambiar la forma en que percibimos a la gente, de esa manera podremos soltarnos y ser más libres.

Al ver a nuestro propio mundo y estando en paz con nosotros mismos primero, traemos también paz al mundo (no al revés).
Casi siempre cuando juzgamos a los otros, si lo hacemos con la misma vara con nosotros el resultado puede no gustarnos.

El cambio debe ocurrir primero en nosotros. Luego de esto, no nos será de interés juzgar a nadie, ya seremos felices por motivos propios.

La perfección es “estar en paz con uno mismo”… desde este lugar… es que nada podrá con nosotros… no tenemos nada que censurarnos y podemos andar “libres”. Nadie puede cuestionarnos.

La no paz se manifiesta con el enojo y, éste es una memoria repitiéndose.

Cuando la gente está enojada, no es la persona quien tiene el enojo, sino la memoria que reproduce el enojo. Si sabemos esto y lo recordamos, podemos cambiarlo.

Casi siempre tenemos “cosas” que pasan que no podemos evitar por los recuerdos que se repiten en la mente subconsciente, y nos evita que experimentemos a nuestra Paz.
La reflexión sirve para borrar esos recuerdos que nos alejan de nuestra buscada Paz.

Conseguir borrar y limpiar esas malas memorias en nuestra mente subconsciente para volver a la claridad, así viene la Inspiración de para ver... ¿Cuál es el problema?

Lo otro que necesitamos saber es “Cual es el problema y donde está el problema?

Cuando estamos claros, somos capaces de movernos por la vida sin experimentar sobresaltos, enojos, resentimientos, culpas o problemas.

Limpieza en el nombre de las personas.

El Intelecto no puede cancelar recuerdos erróneos. Nuestro intelecto no tiene la habilidad de cancelar memorias erróneas en nuestra mente subconsciente porque no es su función.
La función del intelecto es escoger si somos responsables al 100 % de todo lo que experimentamos en la vida (o no).

Los recuerdos toman decisiones por nosotros. Son los recuerdos los que nos hacen juzgar, enojarnos, resentirnos y la mente conciente no toma decisiones.


Y Los Recuerdos son cosas del pasado que no tienen jerarquia en el presente y son los principales resonsables de minar nuestro futuro.


Y esto, no es poca cosa.

No hay comentarios: