miércoles, 11 de mayo de 2011

La noche oscura del alma

Todos en algún momento de nuestra vida hemos pasado una o varias noche oscura para nuestra alma, momentos en donde la tristeza parecía inundarlo todo, y no importaba que hiciéramos parecía que no se calmaba el dolor. Era como que ya no podría creer en nada pero es allí que surge la inquietud por el significado de la existencia y es en donde, la humildad del SER hace acto de presencia.


Allí muere el Dios externo para que nazca la sombra de nuestra personalidad, haciendo colapsar las caretas que nos poníamos en nuestros diferentes roles.


Alli es que damos cabida a un Dios más poderoso e infalible y que se encuentra dentro de cada uno de nosotros.


Si conseguimos mantenernos con esperanza y paciencia en medio del Kaos será posible que emerja la serenidad del SER.


Cuando nos llego la oscuridad al alma, nos invade un profundo dolor que NO debemos ignorar bajo ningún punto de vista, No debemos distraernos con el ruido de la vida del exterior. Hay que prestarle atención sin ignorarlo ni luchar contra el. Este será un acto amoroso de aceptación hacia nosotros mismos. Algo importante nos pasa.


Es en esos momentos donde nuestro espíritu da mayor muestra de su presencia, surge una fuerza interior poderosa que nos otorga certeza y esperanza, nos da confianza en el poder transformador de nuestros momentos de oscuridad y nos regala la oportunidad de percibirnos como humano dejando de lado el sentimiento de sentirnos seres miserables por lo que nos ha pasado. Esto hace que comencemos a buscar salir de la oscuridad, de ir en busca de los rayos del sol para salir de lo que parecía una noche eterna.


En la vida tenemos la oportunidad de gozar del día y la noche, para que en la noche miremos con nuestros ojos del alma y en el día con los ojos físicos. Es por esto que si cerramos los ojos, nos metemos dentro y encendemos la llama de nuestro corazón para que guíe nuestros pasos.


Metidos dentro nuestro, en silencio viajamos al centro del alma y es el camino más seguro para alcanzar lo supremo… y se siente.


Este no es un largo viaje pero parece porque la mente nos dice que no lo hagamos por temor a perder el control… y para salir de la oscuridad y disfrutar de la vida en todo su esplendor es necesario “perder el control de lo permitido” y “tomar el control de lo deseado”. Es así que se despierta el amor dentro de nosotros mismos.


Y con el amor despierto, la luz a nuestra vida llega para iluminarnos en cada instante.


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