viernes, 5 de septiembre de 2008

La práctica espiritual

La práctica espiritual es importante, pero decirlo así para casi el común de la gente le puede parecer no aplicable en el mundo de hoy, pero no es así. Podría decir que practicar la limpieza de nuestra conciencia, poder sentir que actuamos bien, poder decir duermo plácidamente porque siento que doy lo mejor de mi en cada cosa, eso si es posible, aunque no frecuente.

Podemos decir que "Aunque la semilla contiene la planta, sólo cuando se cultiva de forma correcta y si se le añade fertilizante, ésta puede brotar y dar su fruto. De la misma manera, aunque la verdad completa reside en todos los seres vivos, solo a través del nuestro interior brillará".


El principal objetivo de la práctica espiritual es purificar la mente y darnos la capacidad de amor a los demás sin expectativas. Después de esto, todos los beneficios que trae aparejado son innumerables y todos positivos y hacen nuestra existencia y la de quienes nos rodean tenga más brillo.

A través de la práctica espiritual se eleva la mente más allá de su nivel intelectual y emocional normal, llegando a niveles más altos de conciencia donde se encuéntrala fuente de amor y dicha, que es nuestra noble y verdadera naturaleza. Una persona de mente fuerte puede estar feliz aún teniendo que hacer frente a grandes problemas.

Una persona que posea una intensa fe y amor por el todo, se encontrará más fácilmente en armonía con todos. Todos necesitamos del amor para existir y sin él perdemos la armonía y nuestra naturaleza sufre.


Cultivar nuestro espíritu, nuestra alma, nuestro interior (o como quieras denominarlo) es la ciencia del desarrollo del amor, la ecuanimidad, la paz interior, y nos permite permanecer en estas cualidades en medio de la confusión exterior.

"Ojalá pueda estar en “centro” a lo largo de todo el día. Ojalá que cada uno de mis pensamientos, palabras u obras me acerquen más a mi “centro”. Ojalá que con mi pensamiento, palabra u obra dañe a nadie."

Cuando estamos en “centro”, nuestro camino se ilumina, una luz nos guía y muestra el camino y es la luz interior que está presente en todos nosotros. Solos, podemos avanzar algo haciendo algún esfuerzo, pero si queremos ir más allá de los límites de nuestra visión personal y cultural, necesitamos un maestro, un guía y cada quien lo tiene dentro y nos pide que alimentemos nuestra herencia espiritual, ya que es nuestro patrimonio.
Cualquiera que sea la distancia física que haya entre esa herencia y nosotros. Está más cerca de nosotros que nosotros mismos. Este es el misterio de como la Madre interna que yace dormida en nuestros corazones, y que se nos revela a través de la práctica espiritual.

Tanto solo, como juntarse con otros es importante para nuestro progreso espiritual y humano.
La práctica espiritual no es un ejercicio mecánico, sentándose a meditar o cantando bajito, sino que tiene que ver con una profunda actitud hacia los demás, aprovechando las oportunidades que tengamos de hacer servicio no egoísta.

Al despertar, deberíamos recordar al Supremo, inclinarnos mental o físicamente y meditar durante algunos minutos.

Durante el día deberíamos repetirlo algunas veces antes de comenzar cada tarea. Aceptemos o ajustémonos a las circunstancias en las que nos encontremos como parte de nuestra práctica espiritual, especialmente si encontramos dificultades laborales o familiares. Puede quesea una etapa importante por la que debamos pasar, a fin de evolucionar en nuestra relación con el todo. El objetivo es VER a todos, ya sean buenos o malos.

Durante la tarde, buscamos un momento de tranquilidad para pensar, o meditar un rato, e intentar recordar las actitudes que hemos tenido durante el día. Antes de ir a dormir, recordar las faltas hacia otros que hayamos cometido y arrepentirnos de corazón y pensar como hacer para remediarlo al día siguiente.

En estos tiempos en que el desarrollo intelectual es magnífico, veo preocupado como, a pesar de que nuestras mentes están bien instruídas, nuestros corazones sin embargo se están secando. Si queremos hacer que cualquier cosa sea próspera, duradera y pacífica, es necesario que seamos conscientes de las verdades espirituales, de su carácter universal, así como de la compasión que fluye de ellas.

El amor constituye nuestra naturaleza intrínseca, pero hace falta una práctica constante para que se revele. El estudio no es suficiente. Necesitamos una simple filosofía o sistema de creencias que no se base en el miedo o el castigo sino que se base en el amor hacia el otro, que se base en el SER.

Cuando uno llega a conocer su naturaleza esencial, el universo entero se convierte en nuestra riqueza y alcanzado este estado supremo no hay nada que se pueda perder y está todo por ganar.

"El enamorado llama y la amada responde, el discipulo llama y el maestro responde, el devoto llama y Dios responde. Sin embargo la naturaleza de la respuesta depende de cómo se llame".

Hay que olvidar el oscuro pasado y el brillante futuro lleno de promesas. Hay que vivir la vida en el momento presente con toda su plenitud. Esto permite saber que toda la naturaleza, cada cosa y cada persona, incluso tu enemigo, te ayudan a evolucionar y a conseguir la Perfección.

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