lunes, 25 de agosto de 2008

¿Solos por elección?

Hoy un artículo en clarin.com me llamó la atención porque me involucra y me pareció bueno compartirlo. Lo firma "Analía Sanchez", y dice:
Cuando carecen de una relación estable, ellos/as disfrutan de su soltería y no sienten la soledad. Están sin pareja porque así lo desean, aunque otros no los entiendan y se empecinen en presentarles candidatos/as de los que luego seguramente huirán horrorizados/as. "Mejor solo que mal acompañado" parece ser su lema. Y el retiro afectivo de una relación, es el modo de vida que hoy eligen en lugar de padecer.

"Hay varios factores por los cuales una persona puede llegar a decidir estar sin pareja, lo que no siempre significa estar o sentirse solo. Es importante hacer una distinción en este punto, ya que suele formar parte de una misma sensación: 'no tengo pareja = estoy solo'", explica la licenciada Sandra Pisú, terapeuta especializada en adolescencia y pareja. "Culturalmente tenemos la idea de un modelo establecido de familia que si -por algún motivo- se demora, suele confundir al resto. En este punto me parece valioso decir que la plenitud puede lograrse aún sin tener una pareja", agrega.

Es cierto que las sociedades han ido evolucionando y que hoy en día muchísima gente vive sola y bien. Disfrutan de otras cosas y ya no sienten la presión de tener que estar de novios justamente, porque muchos de sus pares están atravesando la misma situación. En efecto, la palabra "solterona" o "solterón" ha quedado en desuso o sólo la usan las abuelas...

Sin embargo, en un presente en donde el psicólogo es la cita semanal obligada, seres que pasan sus días ostentando el "no necesitar de la compañía del otro para sentirse bien" se desploman en el diván y confiesan padecer la soledad, sin esa tan ocultamente deseada compañía. Es nada menos que el miedo que sale a flote en estos casos.

Silvana Liberati, counselor, sostiene que uno de los motivos más frecuente en cuanto a decidir no involucrarse en una relación estable es el miedo a sufrir o al compromiso que implica un vínculo afectivo.
Para ella,
"la elección de estar solo es positiva cuando se procura el encuentro con uno mismo para reflexionar y buscar internamente el camino que se quiere seguir. En cambio, es peligrosa y puede llevar al aislamiento cuando se retroalimenta una fase de soledad que no permite arribar a una conclusión que determine el curso de acción a seguir. Es ahí cuando el estado no es una elección, sino una circunstancia".

También hay quienes no quieren estar solos pero se sienten predestinados a estarlo porque "no tienen suerte en el amor" y se quejan de "elegir siempre a la persona equivocada".

La lic. Pisú opina que esas frases forman parte de ciertas creencias, construcciones propias que tienen valor absoluto, que en forma inadvertida conducen una y otra vez al fracaso en nuestras relaciones interpersonales y en las elecciones de pareja.

"Es lo que en psicología se llama profecía de autocumplimiento donde hay algo que la persona provoca o busca inconscientemente, para confirmar luego una convicción o creencia personal o familiar. Sería conveniente analizar a que se está respondiendo con el hecho de elegir a la persona equivocada, y así darse cuenta que más que un hecho fortuito, la elección depende exclusivamente de ella", concluye.

Entonces, es positiva la elección de la soledad a nivel pareja siempre que eso permita una conexión con el ser interior, sus deseos y la posibilidad de ver antiguos errores para aprender de la experiencia, crecer y no repetir una y otra vez situaciones que la lleven a un nuevo fracaso. Una vez lista o al menos en plena labor, posiblemente la persona conocerá a quién le hará dejar de lado ese estado, casi sin darse cuenta.

Y pregunto yo, ¿cuantas parejas se han divorsiado porque ambos encontraron un abismo delante de ellos y no supieron cruzarlo ni pedir ayuda al otro ni confiar en el otro siendo el otro (siendo ambos) "la persona" de su vida?

¿Cuantas personas buscan refugio en otros cuando tienen miedo de buscar refugio en si mismo en estas situaciones?

¿Cuantas veces preferimos mirar hacia otro lado porque cada vez que nos miramos en el espejo nos duele lo que permitimos suceda?

¿Cuantas veces permitimos nuestro ego nos impida pedir perdon y quitar l venda de nuestros ojos?

¿Cuantas veces nos equivocamos mal con quienes no deberíamos hacerlo? ¿Cuantas veces?

No importa cuantas son, lo que importa es saber pedir perdon y aceptarnos.


No hay comentarios: