sábado, 30 de abril de 2011

Hoy estoy... Lejos de todos

Hace mas de un mes puse en práctica el amor verdadero, o al menos ese que se dice que lo único cuenta es que el otro este bien por sobre como está uno.

Te amo tanto que te dejo libre, si mi amor te hace sentir incomoda entonces me voy

No incomodo más!

Sin mi te vi esplendida... no me necesitas ni un poquito... Nada... y si no me necesitas es que nada puedo darte... y mi amor... no vale... no te hace falta...

Pero, ¡como duele! ¡como te extraño!

Nunca pense que tu ausencia sería más dura de sobrellevar.

Nunca, que lindo era despertar al lado tuyo... despertar y verte...

LLevar el desayuno a la cama... y mirarte dormir en la mañana.

Como me gustaba descubrirte cada noche... como me gustaba.

Te extraño como nunca lo pensé... Te extraño.

Es duro saber que no volvere a verte... es dura saber que no volveré a respirarte.

Hasta extraño cuando te enojabas... aun si me dolía... porque ese doler era mejor que tu ausencia...

Yo espiritual y vos mundana... y que?

No es posible encontrar el equilibrio? ni tanto de lo uno ni tanto de lo otro?

No se que sentir ni que pensar... sólo sé que me cuesta dormir pensandote...

domingo, 17 de abril de 2011

Como garantizar el futuro de mi hija

Hace unos días vi un videoconferencia de TEDX que me resolvió un gran dilema.


A lo largo de mi vida he visto como algunos padres obligaban a sus hijos a ser lo mismo que ellos… es frecuente ver varias generaciones de médicos, de abogados, etc… y eso sucede porque de una u otra manera esos hijos fueron “ayudados” a decidir que iban a “ser” cuando fuesen adultos…



Se cuenta el caso de Alberto Castillo, famoso cantante argentino de tango (nació en 1914 y murió en 2002) que quería ser cantante pero su padre le obligó a estudiar medicina… y así lo hizo y cuando terminó la carrera comenzó a cantar… nunca ejerció como médico. Por aquellas épocas así eran las cosas.



Después de los 60, la cosa se hizo más sutil… era como se nos “sugería” que carrera seguir o sino… a trabajar!!!



Muchos de nosotros elegimos por gusto, por comodidad, por “saber” de que se trata porque así vimos a papá o/y mamá su desempeño laboral y lo conocemos y eso nos daba cierta seguridad.



Este conocimiento nos hizo saber que con eso podíamos y estaba bien… y tomamos ese camino.



Para un mundo que no cambiaba y que en líneas generales si había cambios no eran muy significativos o se daban después de décadas de pequeños cambios estaba bastante bien y uno luego podía elegir en que perfeccionarse.



Hoy, en cambio, los cambios son tan vertiginosos que cada día que pasa ese futuro se hace más incierto aún y es aquí en que aparecía la pregunta del título… ¿Cómo asegúrale un futuro a mi hija?



Y la respuesta no pasa por que estudie medicina, ingeniería, abogacía, artes…. La respuesta es enseñarle VALORES. Si valores, respeto por si misma y por los demás… darle convicciones, enseñarle a hablar con otros, a aceptar que sean y piensen diferentes.


Enseñarle a ser fuerte, a tener fortaleza en su vida. Tener seguridad en si misma.



Descubrí que si consigo que aprenda a ser ella misma y que sus decisiones tienen valor, que ella puede elegir… si consigo eso mi pregunta estará respondida.



Con todo eso cualquier persona sin importar que problema tenga enfrente podrá resolverlo.


Esta es la única garantía. El resto sólo suposiciones.


miércoles, 13 de abril de 2011

Replanteos varios…


Abril esta casi a la mitad y en mi cabeza se mezclan miles de pensamientos que no se tocan que se oponen… que en realidad me dicen que soy uno solo pero con millones de sentimientos y relaciones con lo que me rodea


Y voy yendo de un sentimiento a otro, a veces placentero otras casi desgarrante, mezclado con el placer de vivir solo y la angustia de llegar a casa y no esperar a nadie ni que llegue ni que llame. Nada.



Muchas veces construimos algo durante toda una vida (o al menos mucho tiempo) y cuando se derrumba se derrumba mucho mas que eso. Somos nosotros que nos derrumbamos. Nuestras esperanzas se fueron y nos sentimos sin rumbo.


De a poco, muy de a poco… con ayuda de los amigos, a veces de desconocidos y de nosotros mismos, vamos juntando los pedazos y reconstruyendo algo con lo que quedó y con cosas nuevas que hemos ido descubriendo.


Así nos transformamos en una persona nueva, que se parece a aquel de antes pero en gran manera diferente.


Y llega el momento en el que nos sentimos que estamos postergando decisiones como si el tiempo fuese infinito para nosotros.


¿es que creemos tenemos una vida eterna?¿que garantía tenemos?


Ninguna!!!! Pero nos resistimos a tomarlas.


Eso desconocido nos pone tensos, nos agita y nos quita el sueño y hace que nuestro presente esté lleno de dudas y se nos presentan nuestros fantasmas más temidos.


Tenemos la intuición que todo saldrá bien pero nos falta ese pequeño impulso para hacerlo.



Y ¿Cómo hacemos para generar ese impulso?


Tenemos que vibrar con eso, buscar dentro nuestro y cuando vemos dentro al ver que todo está “en orden” la confianza en nosotros nos invade y podemos “dar el salto”


Y ahí será cuando nuestra vida cambiará, hemos dado un paso clave.


Pero… ¿Qué pasa? Lo conocido nos marca una frontera y el mundo se presenta amenazador a los ojos de nuestras propias fantasías.


Nuestras dudas nos paralizan, nos estancan, juegan en favor de la mente que no quiere los cambios. ¿para que? si estábamos bien antes.


La mente juega con nosotros y nos plantea miles y miles de frases que comienzan los tendría, debería y podría, se van acumulando en el rincón de la desesperanza, donde mueren de tristeza tras incansables intentos por alcanzar nuestra libertad.



¿Es que estábamos presos? SI, de nuestra mente!!!


Ya es hora de nos movamos hacia donde nos sintamos alineados con nuestra esencia.


Comencemos por confiar en nuestras corazonadas, usar nuestra intuición.


Ver las señales que la vida nos pone delante de nuestros ojos. Aprender a leerlas.


Nuevas puertas se abrirán y debemos entrar.


Nuestro corazón sabe, es por eso que se acelera cuando encontramos el camino, cuando estamos parados frente a lo importante. ¿Estamos parados? Pues… adelante!!! Confiemos.


Siempre es buen momento para algo mejor!!!


Demos rienda suelta a incorporar lo nuevo, vivamos!!! No más vueltas en círculo que siempre nos llevan al mismo lugar.


Basta de excusas. Basta!


Comencemos a reírnos un poco más, eso nos dará poder y energía para ir por más. Nos daremos cuenta que brillamos” más…y todo nuestro mundo se hace más cálido y humano.


Seamos concientes… y con conciencia ese paso clave transformará nuestra vida.